Algún día lloverá. La naturaleza nos traerá seguramente un vendaval que hará que dejemos de preocuparnos por un tiempo de esta crisis que no solo afecta a Nuevo León.
Mientras esto se vuelve realidad, si hay que elegir entre el optimismo y la prudencia, debemos optar por lo segundo.
El domingo por la tarde allá en Santiago, un optimista Samuel García anunció que a la presa Rodrigo Gómez, La Boca, ya no se le va a sacar agua. Luego agregó que la Libertad va a dar seis mil litros por segundo, El Cuchillo 10 mil y Cerro Prieto otros 6 mil.
Vaya deseo de ser futurista en tiempos de sequía y de campaña; una presa aún no está lista y no ha llovido, y a las otras las estamos exprimiendo todos a paso acelerado.
No es malo pensar en obras como la construcción de un malecón para disfrute de los turistas en La Boca, algún día lloverá, pero parece que la atención se desvía del presente.
Según la Conagua, aproximadamente 60 por ciento del territorio nacional se encuentra en una fase de sequía entre moderada y alta.
De 208 presas a nivel nacional, cuatro se han secado por completo, 22 están a punto de vaciarse y 87 se encuentran a 50% de su capacidad.
La situación en el estado no permite que nos distraigamos, nos debe ocupar un día sí y otros también; tener mejores prácticas. En una palabra: aprender.
Los usuarios consumimos tres veces más agua que todas las industrias juntas.
Mientras las industrias han tenido que avanzar y especializarse, tratando el agua y reutilizándola en sus procesos, haciendo un uso eficiente; al resto de los usuarios nos hacen falta prácticas sostenibles.
Las piscinas por ejemplo, de acuerdo a Agua y Drenaje de Monterrey, tan solo en Santiago hay 4 mil albercas recreativas, y en San Pedro Garza García cerca de 700 albercas residenciales.
Tan solo llenar estas albercas de manera simultánea equivale a utilizar 127 millones de litros de agua.
Hay que ver ejemplos de otros lugares como el de Cataluña en España, donde han prohibido llenar las albercas por la sequía, a menos de que se cuente con un desalinizador portátil de agua de mar.
La lista de acciones puede ser muy larga, pero si nos llenamos de optimismo perderemos la prudencia.
Veremos.
