Política

El deporte y sus buenas noticias

Antes que todo he de reconocer que este texto está escrito con una alta dosis de pasión, aunque también una alta dosis de cordura.

Suena obvio, si se recuerda que apenas el domingo fuimos escenario una vez más de la fiesta futbolera, y los ojos del país estuvieron centrados en la ciudad de Monterrey por el triunfo de los Rayados ante el odiado y a la vez admirado equipo del América.

Parece exagerado dedicar tantas horas y jornadas de exposición a algo que solo importa a quienes gustan del futbol. Pero si abrimos nuestra mente y ampliamos nuestro criterio, este año el deporte en Nuevo León es tal vez uno de los pocos renglones en los que, al repasar nuestro año, nos provoca alegrías sin dudar. En los demás, aunque seamos muy positivos, nos queda un dejo de tristeza, dudas, o de plano, coraje.

Nos faltaron éxitos contundentes como sociedad, derribar barreras, castigar la corrupción, derribar tabúes; nos faltaron acciones contra la violencia, mayor tiempo para convivir y nos sobró motivo para discutir. En la política nos decepcionaron muchos, hasta aquellos de los que esperábamos poco.

Por eso vale la pena sonreír volteando a ver los resultados deportivos, ya que nuestros representativos lograron ser un escape para el estrés, un tema rico en debate que no afecta a nadie, que nos mantiene en discusiones sabrosas y apasionantes. A los críticos del futbol no les gustará aceptarlo, porque llaman alienado a todo aquel que prefiere creer en el deporte y dedicar su atención a eso que creer en el que le ha mentido y vive defraudando la confianza.

Este año fueron campeones los Sultanes de Monterrey, y entraron además por primera vez en su historia a la Liga del Pacífico, que en unos años, sin duda, le servirá para un crecimiento mayor como franquicia. Ganó Fuerza Regia en la Liga de Basquetbol de México; los Tigres le dieron a su afición una estrella más a mediados del año, y el Club Monterrey cierra con broche de oro una actuación excepcional, después de ir al Mundial de Clubes, ganando la final en el Estadio Azteca; hazaña que será recordada por muchos años.

Cada una de estas instituciones tiene además un éxito empresarial, es cierto, pero lejos de ser criticable, es plausible, puesto que con el ir y venir de estos eventos se da vida a la ciudad y se genera toda una cadena de consumo que deviene en empleos eventuales o permanentes.

El deporte es para miles de personas un modus vivendi; unos trabajan; otros se divierten, sueñan, vibran, y escapan un rato de sus problemas.

Así entonces, en Nuevo León tenemos el éxito deportivo que además cumple una función social trascendente: entretener a una sociedad trabajadora, progresista, competente. El deporte, en cualquiera de estos niveles, sin olvidar los atletas olímpicos y panamericanos, tiene el éxito que ya quisiéramos tener en la función pública. El día que tengamos en la misma proporción, líderes deportivos y líderes en la vida pública, social y política del estado, viviremos un mejor presente.

Mientras tanto, recurriremos cada año a la hora del balance, a los logros deportivos para sonreír.

Feliz 2020. Nos escribimos.



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Víctor Martínez Lucio
  • Víctor Martínez Lucio
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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