El domingo, la Explanada de los Héroes, frente al palacio de gobierno de Nuevo León, fue escenario de una imagen que sin duda comunica de manera ejemplar los tiempos que estamos viviendo.
Decenas de manifestantes fueron protagonistas de un choque ideológico que está lejos de terminar, porque ha iniciado un capítulo determinante. Colectivos proaborto se encontraron de frente con grupos próvida y, aunque el saldo fue blanco, parece el preludio de un largo debate, al cual ya no se le podrá sacar la vuelta en el estado.
El punto de partida fue la aprobación en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de una especie de despenalización del aborto, al anular de la ley en Coahuila la pena de tres años de cárcel para mujeres que tomaran esa decisión. Inmediatamente generó un impacto esperado.
Por eso el domingo en la explanada, decenas gritaban ¡Sí a la vida!, mientras otros los descalificaban, al asegurar que su postura va contra los derechos de las mujeres.
Lo cierto es que, aun con la determinación de la SCJN, el camino para quienes buscan la descriminalización es largo, porque cada estado tiene la tarea de debatir el tema para, en caso de compartir la postura, modificar el Código Penal y publicarlo.
Vendrá entonces la argumentación por ambos lados, salpicada sin duda de creencias religiosas, aderezada también, del otro lado, con reclamo de libertades ligadas al género femenino, y en medio de todo esto, un pueblo tradicionalista, pero que entre sus filas contiene también una generación de jóvenes que hoy ve las cosas de otra manera.
Lo innegable es que vivimos tiempos de debate, de confrontación que luego nos polariza, y el tema del aborto es uno de ellos, en los que ninguna parte afloja, donde nunca hay medias tintas y no las habrá.
Quienes esgrimen fundamentos religiosos no podrán ir contra ellos, no al menos abiertamente; incluso algunos abogados o hasta médicos. Así que los colectivos que se manifiesten a favor de instaurar este derecho de la mujer a decidir saben que está enfrente el mismo muro.
En conclusión, lo único pronosticable es la confrontación, que esperamos solo sea de ideas, de fundamentos, jamás una lucha de otra naturaleza. Bastante polarizado está nuestro presente con temas de toda naturaleza.
Víctor Martínez