El tiempo nos alcanzó y el problema de la contaminación va ganando la batalla.
Ayer publicamos en la edición de Notivox que el inventario de fuentes contaminantes con el que trabaja el Estado para la toma de acciones para luchar contra el aire sucio es obsoleto por antiguo.
Están trabajando con cifras obtenidas hace seis años; lamentable, porque los especialistas advierten que lo ideal es que los inventarios se actualicen cada tres años, máximo cinco, por lo que evidentemente vamos tarde.
Estudios hay muchos y más actuales que este inventario, pero si las acciones se rigen por esta información, andamos mal. Pero actualizar este informe no es lo único, también hay que tener sistemas a nivel estatal de modelación de contaminantes que permitan ingresar los datos en toneladas de emisión a un sistema y con ello obtener un modelo para predecir la calidad del aire. Ese modelo nos ayudaría a complementar el programa de respuesta a contingencias.
Hay que tener también estudios de composición, caracterización de partículas, conocer la contribución de fuentes puntuales, estimaciones de exposición y de impacto en salud.
Tal vez si hubiera un ente autónomo con recursos propios e integrado por especialistas.
Mientras no se trabaje en estas herramientas, seguiremos viviendo episodios como el de ayer, en que la Secretaría de Medio Ambiente activó la segunda alerta ambiental del 2024, pero tras anunciarla en un comunicado, y culpar de nuevo a la refinería, decidió borrar la evidencia de las redes oficiales.
Al mediodía la misma dependencia decretó una alerta atmosférica enfocada solamente en el municipio de San Pedro.
Es confuso ahora este proceder de la secretaría, que incluso ayer suspendió las conferencias mañaneras a las que se había comprometido.
Apenas el pasado 31 de enero, la Secretaría de Medio Ambiente decretó una alerta atmosférica solo para el municipio de Cadereyta, esto pese a los altos niveles de contaminación en los demás municipios del Área Metropolitana.
Por lo tanto, la primera y la única alerta ambiental del Área Metropolitana en el 2024 es la del pasado 12 de enero, causada por las tolvaneras registradas en la entidad.
Así vamos caminando lejos de las soluciones al problema; con un enfoque centrado en la refinería, con un impuesto verde cuyo destino no se ha transparentado y algunos califican como un permiso para contaminar, y para colmo con datos viejos sobre las fuentes que nos contaminan. Preocupante.