Política

Cuidado con prohibir las ferias del cohete

Hay algo en la costumbre de tronar cohetes que fascina a los mexicanos.

Cada año la gente se prepara para las fiestas decembrinas de la misma forma. Con la temporada llega un ambiente distinto en los centros de trabajo, y no se diga en muchas familias que siguen incluso al pie de la letra la liturgia propia.

Pero en especial, el uso de pirotecnia es una costumbre arraigada que provoca un serio daño ambiental pocas veces tomado en cuenta, y por si fuera poco puede convertir la fiesta en tragedia.

Parece obligatorio, infaltable el uso de fuegos artificiales entre los elementos utilizados por la gente para Navidad y Fin de Año. Es rudimentario, pero popular; como si nos remontara a nuestros antepasados que presumían poder de fuego.

Los fuegos artificiales tienen su origen en China, al igual que la pólvora en sí, hace 2 mil años, según se cuenta, aunque también lo ubican en la India.

Sean de donde sean, la verdad es que las palomas, los buscapiés y de más explosivos emocionan a quienes “México se les sube a la cabeza” y buscan expresar sus bravatas y arengas de esa manera. No importa que les digan “pueblo cohetero”.

A nuestra costumbre de gozar del impacto de los cohetes, se contrapone la vida actual llena de alertas contaminantes, nuestra naciente conciencia de cuidar y no maltratar a los animales que sufren por estas detonaciones, y sobre todo el riesgo que representa manipular explosivos, aunque sea por diversión.

La novedad es que se está tomando una decisión que pone en grave peligro a la población; parece un contrasentido, pero los municipios del área metropolitana quieren prohibir las ferias del cohete y con ello incrementan el riesgo que representa su uso.

Se prohibieron en Santa Catarina, Escobedo, San Pedro, San Nicolás, Monterrey y García; mientras Guadalupe se debate.

Desde hace varios años, la instalación de las llamadas “ferias del cohete” era regulada por municipios, pero supervisada y vigilada por la Sedena; situación que redujo la incidencia de siniestros.

Lo que puede pasar ahora con esta decisión es el surgimiento o aumento de un mercado de venta ilegal, porque las personas que acostumbran comprarlos, buscarán los negocios informales, ante la ausencia de los establecimientos de siempre.

En realidad, si una persona quiere poner un local para vender, basta con buscar en internet y se topará con proveedores que le ofrecen la mercancía por 50 mil pesos, y el éxito asegurado. Largas filas.

Si estas prohibiciones prosperan, proliferará el mercado negro, porque no se está previendo la forma de inspeccionar y mucho menos una campaña que inhiba o reduzca la compra. Ya en la ley de la oferta y la demanda hay clientes para todo; y si hay cliente hay quien venda, por encima o por debajo del agua.

De buenas a primeras no dará resultado, hay que cambiar las costumbres, hacer campañas para concientizar a la gente de las historias que se han escrito cuando la manipulación se hace sin medir riesgos.

Por confuso que parezca, la costumbre en este país es prohibir cuando algo es difícil de controlar, y como lo prohibido es tentación, el resultado muchas veces es nuestra condena.

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Víctor Martínez Lucio
  • Víctor Martínez Lucio
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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