Durante los últimos sexenios, la educación ha sido uno de los pendientes más importantes para las autoridades federales, en donde también se incluye en esa responsabilidad a los maestros agrupados en el SNTE y la CNTE.
Pero este gran problema, que afecta a niños y jóvenes del país —en donde el retraso es más evidente en la zona sur—, parece no importarle a las actuales autoridades federales. Lo anterior se desprende del anuncio de la Secretaría de Educación Pública del nuevo calendario para el ciclo escolar 2025-2026.
Cinco puentes y una semana más de vacaciones se aplicarán en beneficio del personal docente, lo anterior como premio político al magisterio por su apoyo a Morena.
"No me dejarán mentir, la última semana de clases con las niñas y los niños ya se acabó toda la currícula escolar, y ya ni sabemos ni cómo llenar la última semana, entonces es bueno también para las niñas y los niños que estén con la familia, entonces este es un adicional que estamos presentando", anunció la presidenta Claudia Sheinbaum al justificar la semana extra de vacaciones.
Difícilmente el panorama para los estudiantes es el mejor, tomando en cuenta que serán 185 días efectivos para la educación preescolar, primaria y secundaria, tanto en escuelas públicas como en privadas. Porque eso de “efectivos” es muy relativo: todos conocemos cómo algunos docentes aprovechan cualquier ocasión para suspender clases y, por otro lado, asistir o estar presentes por parte de los maestros no es garantía de una buena educación.
En México, más de 5 millones de estudiantes abandonaron la escuela en la última década. A esto se suman aulas sin maestros, escuelas sin agua y alumnos sin futuro.
Mientras tanto, el calendario escolar se ajusta para sumar puentes y más vacaciones, como si el sistema pudiera darse el lujo del descanso. La educación no es un premio ni una concesión sindical: es la única herramienta real contra la desigualdad, en donde tal parece que ese es el objetivo principal de la actual administración federal y los estados alineados con la transformación, que todo parece indicar va en reversa.
Seguir improvisando y complaciendo a unos pocos, a costa del aprendizaje de millones, es traicionar al país. Porque cuando se fracasa en educar, se fracasa en todo.