En los años 50, el filósofo popular Hermenegildo L. Torres creó —con ironía— el Partido Único de Pendejos (PUP), una sátira que retrataba a quienes, desde el poder o la opinión, suelen olvidar lo esencial para enfocarse en lo trivial.
La referencia no es gratuita. La semana pasada, los senadores morenistas Laura Estrada Mauro y Antonino Morales, junto con Luis Alfonso Silva Romo del Partido Verde Ecologista, presentaron una iniciativa para modificar el artículo cuarto de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que actualmente establece que los ministros deben portar toga.
Más allá del contexto histórico de la prenda y del interés por parte de los senadores por símbolos que, a su consideración, representan elitismo y lejanía entre el Poder Judicial y la sociedad, seguramente para la ciudadanía existen otros temas más importantes que demandan la atención y el trabajo del Senado.
Simplemente, y como mejor ejemplo, está la pasada elección judicial, que pareció más una vacilada que un proceso serio en el que se definió la manera en que se habrá de aplicar la justicia en el país y, sobre todo, quiénes serán los responsables de hacerlo.
Mujeres y hombres señalados por su cercanía con el crimen organizado, responsables de cometer delitos de diversa índole, y así será lo que se viene en los próximos años.
Otro hecho que despertó la crítica social fue el comentario de la dirigente de Morena en Jalisco, Melissa Cornejo, quien fijó su postura de una manera poco ortodoxa en torno al tema de las visas por parte del gobierno de Estados Unidos: “Viva la raza y métanse mi visa por el culo”.
En respuesta, Christopher Landau, vicecanciller de EE.UU., señaló: “Ni siquiera tienes visa válida para cancelar”.
Y mientras el país y Tamaulipas siguen sumidos en inseguridad, salud precaria y un sistema educativo con múltiples carencias (a pesar de las cuentas alegres del oficialismo), en el Senado se debate el uso o no de una toga.
Tal vez Hermenegildo L. Torres no estaba tan equivocado: el PUP sigue abierto… y cualquiera de nosotros, en un descuido, podría acabar en sus filas. El tema de la indumentaria y otros por el estilo parecen más bien diseñados para distraer. Basta con olvidar lo urgente para entretenernos con lo inútil.