Mientras los tamaulipecos continúan sus actividades cotidianas en medio de la inseguridad, principalmente en la zona fronteriza, problemas en los planteles educativos por falta de mantenimiento, deficiente servicio de las corporaciones responsables de la seguridad ciudadana, porque no se ha pagado el combustible para las unidades y la creciente escalada de precios, la pelea por administrar Tamaulipas continua.
El aún gobernador panista, Francisco García Cabeza de Vaca libra una encarnizada batalla contra las tropas del mandatario electo, Américo Villarreal Anaya, con el propósito de impedir la llegada de las nuevas autoridades morenistas y sus aliados, en los próximos días se verá el desenlace de esta guerra política-electoral.
Es ingenuo pensar que ambos bandos buscan en primera instancia el bien común de las familias tamaulipecas, unos pretenden perpetuarse en el poder y otros aspiran a ser quienes controlen el presupuesto y todos los beneficios que ello conlleva. Y si después se logra atender las necesidades indispensables de la ciudadanía será un gran logro.
El ocaso de la administración estatal panista se ha visto envuelto en una seria de acusaciones donde presuntamente hubo malos manejos del erario público, tráfico de influencias y una serie de irregularidades que durante seis años nadie pudo o quiso ver, ahora se espera un proceder legal por parte de los siguientes funcionarios morenistas en caso de haber los elementos suficientes para actuar.
Hace más de 30 años se puso de moda la palabra “concertacesión”, que en resumidas cuentas explica los acuerdos en lo “oscurito” por parte de los diferentes actores políticos para que el sistema continúe funcionando, aunque algunas veces las alianzas no son respetadas.
A días de llevarse a cabo el cambio de gobierno las traiciones, los brincos de un bando a otro, las filtraciones y los golpes bajos estarán a la orden del día en la estructura gubernamental y política en la entidad, pero tampoco se descarta una actitud omisa de los que llegan hacia los que se van, finalmente algunas cosas se transforman para quedar igual.
Mientras la ciudadanía sigue su vida en la lucha diaria por salir adelante, porque no esperan a que los encargados de llevar las riendas del estado se acuerden de ellos.
