La historia digna de Hollywood protagonizada por el Gobierno de Nuevo León durante medianoche del viernes y madrugada del sábado, no quedó excluida del trasfondo político electoral de cara al proceso de renovación del jefe del Ejecutivo federal, al estar involucrado el gobernador Samuel García Sepúlveda.
Hasta ese entonces, el aspirante a la Presidencia por Movimiento Ciudadano, todavía en el capítulo de precampaña, se encontraba entre la disyuntiva de entregarle el control de una de las entidades más ricas del país a la alianza entre Acción Nacional y Revolucionario Institucional o, el segundo caso: retirarse y terminar su cargo.
Optó por volver a su cargo y aunque su impacto duró 10 días, fue suficiente para desnudar la crisis dentro del Frente Amplio por México, con una candidata como Xóchitl Gálvez estancada y sin alcance en un mercado tan importante como los jóvenes, el mismo que Samuel conquistó e incluso sumó adeptos fuera de tierras regiomontanas.
En pocas palabras, aunque Marko Cortés, Alejandro Moreno Cárdenas, Jesús Zambrano, Santiago Creel, los miembros de ese equipo y seguidores de la hidalguense, traten de minimizar, el proyecto fosfo fosfo los empequeñeció al poner sus baterías contra García Sepúlveda e, incluso, su esposa Mariana Rodríguez.
Lo último fue la exhibida que el personaje elegido en las urnas en el 2021, les dio ayer en un evento oficial. Panistas y priistas pidieron hacerse cargo de la Fiscalía y el manejo de los recursos públicos, los mismos que durante años utilizaron para financiar campañas electorales.
No dejárselos, dijo el propio Samuel, es un duro golpe para el Prian. Tiene razón. Con Durango, Coahuila, Chihuahua, Yucatán y Querétaro, el Frente no tiene con qué competirle a Claudia Sheinbaum, Morena y la Cuarta Transformación.
Hay otro tema: esa juventud conectada en las plataformas digitales manifestaron su intención de apoyar al emecista. “Mi voto es libre, secreto y fosfo fosfo”, aparecieron en redes sociales con reacciones de cuatro o más dígitos.
De esta última arista, señoras azules, tricolores y demás criticaron a los muchachos. Irónico, fueron las mismas que votaron por Enrique Peña Nieto “solo porque estaba guapo”.