La zona sur de Tamaulipas tiene desde hace varias semanas un ambiente electoral muy movido. Tampico y Ciudad Madero cuentan con la obligada renovación de sus respectivos ayuntamientos, al cumplirse por la ley los períodos para sus actuales presidentes municipales Chucho Nader y Adrián Oseguera.
En Altamira, donde el vigente edil Armando Martínez lleva mano y le intenta hacer ruido el delegado regional de Bienestar Social Marcelo Abundis solo por una comida de cumpleaños realizada este fin de semana, en las otras ciudades surgen varios cuadros puestos para la encomienda que, después de la Presidencia de México, es la más llamativa.
En el puerto los interesados están claros: del lado panista surgen el diputado local Mon Marón y el secretario de Servicios Públicos Pepe Schekaibán, mientras en el seno de Morena las mujeres como Mónica Villarreal, Olga Sosa y Úrsula Salazar están entre las mencionadas.
Para la llamada urbe petrolera hay un reflejo del momento actual, un río revuelto. En los últimos meses los autodestapes fueron tendencia. En el morenismo vemos al legislador federal Erasmo González, al coordinador local de Bienestar Claudio de Leija y hasta al tesorero Carlo González. Mientras en el bando contrario, el más claro es el magistrado Andrés González Galván.
Como este país lo marca, cada uno tiene derechos a manifestar abiertamente sus intenciones de contender por un cargo público vía la mayoría relativa, sea por un partido o de manera independiente. Lo cierto, en la realidad y enfocados en territorio maderense, el levantar la mano no es garantía de popularidad o de “caer bien”.
A eso se enfrentan Carlo y Andrés. En un sondeo general se les reconoce su expertise, traer mucho capital y hasta saturar las redes sociales, pero ambos no despiertan ánimo o simpatía, sin proyectar algo, acartonados o anticlimáticos.
Tan irónico el caso como otro “sorpresivo” aspirante, Abel Oseguera. El hermano del alcalde aparece en un par de encuestas raras, pero se le ha visto en Texas que en la Hipódromo, la Heriberto Kehoe o en Miramápolis, conviviendo con los votantes.
Recuerden que para ser un candidato completo, como dice “La Bamba”, se necesita “una poca de gracia”.
