La noticia más relevante del fin de semana y, quizá, del año en materia política, sucedió el viernes con la decisión de un juez federal de otorgarle la libertad al ex gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, para continuar su proceso sin necesidad de estar dentro del penal tras seis años encerrado en el Estado de México.
Desde el momento que apareció el comunicado de su bufete de abogados, además de los rondines al centro penitenciario en territorio mexiquense, fue hasta la noche cuando se pudo ver la imagen del ex mandatario priista firmando su salida y trasladándose hacia un rumbo desconocido.
Algunos periodistas lograron tener una charla con el victorense. No faltaron sus palabras de ánimo al estar cerca de su familia, principalmente sus hijos, aunque en su voz era notorio el cansancio y (suponemos) el paso de los años con el desgaste vivido ante esta situación legal, misma sin quedar totalmente desvinculada.
Y mientras la Fiscalía General de la República busca evitar que Eugenio pueda escapar, aunado a una orden de extradición de los Estados Unidos, en la región que gobernó entre 2005 y 2010 provocó una tremenda sacudida entre muchos actores vigentes en el panorama, sobre todo los sobrevivientes del partido al cual abanderó, el Revolucionario Institucional.
Aquí se presenta un asunto interesante: con un Frente Amplio y su último intento por arrebatarle el poder a Andrés Manuel López Obrador y Morena, los tricolores se mostraron felices, pero no así sus amigos del Acción Nacional. De inmediato sacaron su desagrado por ver a quien constantemente señalaron como un funcionario ligado al crimen organizado andar por las calles como si nada.
Ahí se encuentra una situación desfavorable para esta Alianza. Hernández Flores no da, por el momento, indicio de su futuro; algunos lo vinculan con la 4T al encontrarse amigos como Manuel Muñoz Cano muy cerca del movimiento obradorista pero, lo único seguro, el ex gobernador no quiere tener relación alguna con el PAN.
El Prian estatal anda tan dividido para que ahora venga otra figura a querer coquetearles a varios elementos, por cierto, algunos muy beneficiados por Geño. ¿Quiénes corresponderán a esos favores?