Las sentencias y las resoluciones emitidas acerca de los casos emblemáticos analizados en las Cortes Internacionales respecto a la lucha contra la violencia hacia las mujeres denotan evolución en la comprensión, alcance y profundidad del tema.
La Jurisprudencia ha producido nuevos conocimientos e interpretaciones acerca de ello.
Este camino recorrido a partir de la Declaración de los Derechos Humanos, los Pactos, Convenciones, Tratados, Resoluciones, Relatorías, etc., ha sido en beneficio de todas las personas, no obstante, si se pretende alcanzar la justicia, la paz, la democracia y el desarrollo, es necesario profundizar en torno a la violencia generalizada hacia las mujeres en el país, en todos los ámbitos.
Es importante recalcar que las mujeres no son un grupo minoritario, pero sí el que más sufre vulneraciones a sus derechos y libertades.
La jurisprudencia internacional corrobora esta indefensión, por ello la Comisión Interamericana de Derechos Humanos establece la responsabilidad del Estado ante la falta de evidencias de voluntad y efectividad como representante de la sociedad al sancionar los casos de violencia.
Lamentablemente México aún no ha logrado que la adopción de dichos estándares y los progresos en el ámbito internacional se reflejen en la realidad institucional, cultural y cotidiana del país.
El COVID-19 solo puso al descubierto la frecuencia, los tipos y la gravedad de estas violaciones como el reflejo de la desigualdad que caracteriza la posición y la condición de subordinación en la que se encuentran las mujeres, situación ya señalada en el reporte de “México ante la CEDAW”.
Samanta Ruiz López
@IncideFemme
