Se ha insistido que un Estado de Derecho es la clave para el desarrollo de un país. Hay quienes sostienen que en las economías más avanzadas, la ley se observa a través de instituciones eficientes, imparciales e independientes, lo cual otorga certeza jurídica a los gobernados, que, como consecuencia impulsan inversiones y desarrollo económico. En épocas recientes, hemos experimentado acontecimientos que debilitan el Estado de Derecho, como las controversias entre el Poder Ejecutivo y el INE, así como la ampliación por parte del Senado, de la presidencia en la Suprema Corte de Justicia, que muchos han interpretado como un fraude directo a la Constitución.
Los dos puntos anteriores, minan el Estado de Derecho, debilitan sus instituciones, lo cual genera incertidumbre. ¿Con qué certeza invierto mi dinero en México? muchos se han de preguntar.
Sin soslayar los temas anteriores, me refiero a una vertiente del Estado de Derecho que afecta directamente al ciudadano común, a la impartición de justicia pronta y expedita.
Acontecimientos que debilitan el Estado de Derecho
La impartición de justicia es un derecho humano que se puede resumir en que los Tribunales resuelvan los casos que se les plantean de manera pronta, completa e imparcial.
Actualmente, los Tribunales del fuero común resuelven los juicios de forma lenta, se imponen reglas administrativas que entorpecen el juicio y se encuentran con sobrecarga de trabajo.
Estos casos no son de grandes inversiones o litigios cuantiosos; son divorcios, violencia familiar, pensiones alimenticias, arrendamientos, pagarés, es decir, los problemas que el ciudadano común enfrenta día a día y que confía en que el Estado, en su carácter de Juzgador, los resuelva. _
Franco Alberto del Valle Prado