El mes pasado una delegación de expertos de las fuerzas de defensa de Israel (FDI) llegó a la zona más castigada de Honduras tras el paso de los huracanes Iota y Eta. Como funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel y portavoz de la delegación, acompañé a la misión durante los siete días de su operación en las ciudades de San Pedro Sula y La Lima.
El primer objetivo fue compartir las recomendaciones para controlar y minimizar los daños causados por los desastres en los campos de ingeniería, medicina y apoyo social.
Las tormentas cerraron los accesos a las viviendas, las casas quedaron destruidas y las víctimas del huracán intentaron rescatar del lodo las pocas propiedades con las que contaban. Sabíamos que no podíamos ayudar a reparar todo lo sucedido y que nuestro tiempo era limitado, pero tratamos de ayudar a que los residentes del país salieran adelante.
Al tiempo que se compartían herramientas con la población local para renovar sus viviendas, se establecieron mesas de trabajo con los tomadores de decisiones para eficientar sus sistemas tecnológicos durante la emergencia.
Parte de la actividad se centró en la rehabilitación de los hogares, la instalación de iluminación solar y de un sistema de agua. Gracias a la actividad de la delegación, cientos de personas que permanecían en los albergues pudieron regresar a sus casas.
Vi a los soldados emocionarse con la sonrisa de las personas que llegaron a conocer en esa zona. Los vi enseñar y aprender, en jornadas que duraban hasta muy entrada la noche y comenzaban muy temprano en la mañana. Los vi poniendo su corazón en cada momento, lo que me motivó a mí para dar mi mejor esfuerzo.
Las FDI operan con un un código ético que representa su carta de identidad. Junto con los valores de defensa del Estado, amor a la patria y lealtad al país, las FDI y sus soldados están obligados a proteger la dignidad humana, ya que para ellos cada ser humano tiene valor sin importar su origen, religión, nacionalidad, género, estatus o posición. Por lo tanto, su deber es ayudar a los necesitados, sin importar su ubicación.
El fundador del Estado de Israel, quien fue su primer Primer Ministro, David Ben Gurión, lo expresó con estas palabras: “El Estado de Israel demostrará su valía no por su riqueza, su ejército o su técnica, sino por su carácter moral y valores humanos”.
Con 72 años de experiencia y conocimientos sobre cómo responder a casos de emergencia, Israel está siempre entre los primeros en acudir a prestar ayuda allí donde se haya producido una catástrofe. En los últimos años, las FDI han enviado 28 misiones humanitarias alrededor del mundo.
El 19 de septiembre de 1985, cuatro terremotos golpearon a la Ciudad de México, las FDI apoyaron con una delegación médica, equipos de búsqueda y rescate conformado por 350 reservistas. El 19 de septiembre de 2017, una delegación de 70 miembros de las FDI llegaron a tierras mexicanas para ayudar en los esfuerzos de rescate del terremoto.
En esta ocasión, salimos de Honduras el día antes del inicio de la festividad judía de Janucá donde encendemos velas durante ocho días. Para nosotros, este año Janucá fue aún más brillante. La luz en los ojos del pueblo de Honduras y la luz de todo lo que hemos logrado crear junto con ellos, hombro con hombro, siempre nos acompañará.
Me siento muy orgullosa de los valores de las fuerzas de defensa de Israel para extender una mano amiga a diferentes países del mundo y a nuestro aliado México en los buenos y los malos tiempos.
* Agregada de Prensa de la embajada de Israel en México