Entre los comunicados que bien se pudieron perder por el cierre del año pasado llegó uno que me pareció particularmente afortunado para quienes amamos el cine, en todas sus expresiones. En especial para quienes gozamos de los buenos musicales.
Por eso celebro mucho el “Ciclo de cine musical” que Cinemex ha anunciado para este inicio de año (hasta principios de febrero) donde podremos ver de nuevo, o por primera vez con la experiencia cinematográfica completa, cintas como Moulin Rouge, Vaselina, Mama Mia y El Gran Showman (mi favorita).
Tal vez algunos imaginan que esto es resultado de la huelga, la falta de estrenos, o quizás por la competencia por el streaming, y algo tendrán de razón. Pero lo cierto es que esta es una increíble tradición que pasa mucho en otros países del mundo donde no ven el ciclo de una cinta como lo vemos al medirlo por su taquilla en el primer fin de semana.
El Show de Terror de Rocky, por ejemplo, suele tener funciones de medianoche de distintas ciudades del mundo, donde los fans se (nos) caracterizamos de los personajes del clásico de culto y cantamos y respondemos a la pantalla. Con Vaselina es imposible no hacerlo. Y es divertidísimo.
Esto no solo pasa con los musicales y no es que en México apenas se descubrió el cine como evento, ya sea de temporada o como homenaje. Pero hay tantas, tantas cosas que se gozan más en la pantalla grande que crear este hábito con otras obras creativas suena muy alentador. Lo veremos nuevamente con reestrenos de cintas como Duna de Dennis Villanueve, algunas semanas antes de ver la segunda parte. Es hora de ponerse creativos por parte de los exhibidores y de levantarnos de sillón y crear una nueva era maravillosa para la experiencia que es ver el cine en el cine para nosotros.