Hay que celebrar a alguien que verdaderamente compone, que sabe cómo lidiar con el imposible mundo de la música en tiempos de streaming, que tiene una carrera exitosa por ser auténtica y que ha sido consistente desde niña en su tarea artística. Y no tengo la menor duda que del mundo joven de la música esa es Taylor Swift, mucho más que nadie.
Considerando que comenzó como cantante de música country es aún más impresionante ver el salto que dio a lo que se llama mainstream, y nada lo deja más claro que la pasión que despierta en sus fans en nuestro país (y tantos más). No solo no necesita que nadie traduzca culturalmente lo que le está diciendo a su público, sino que tiene una constante conversación con ellos que trasciende incluso cuatro fechas en el Foro Sol.
Más allá de decir obviedades, hago esta columna a modo de reconocimiento por parte de la generación X a una carrera que reconocemos, en la mayoría de los casos, que el éxito que tenemos ante nuestros ojos va a durar tanto como el de nuestros propios ídolos, muchos de ellos sin estrellas boomers como Los Rolling Stones, Billy Joel e incluso Madonna.
Taylor es, sea uno fan o no (yo me resistía y estaba absolutamente equivocada), un caso insólito de música que sí traduce para todos, que no excluye los códigos que nos hacen entender el nivel de un artista, e incluso conectar con alguien mucho más joven que nosotros. Es como la música clásica, y el hecho de que este tour se llame Eras, me parece un acto de claridad de la cantante. Los mismos dioses del rock y el pop boomers y Xers lo reconocen, ¡esta es la era de Taylor Swift!
