Es verdaderamente curioso ver cómo toda una generación está enfrascada, enojada y fascinada con el hecho de que existan los spoilers. Eso tiene que ver, obviamente, con Spiderman: No Way Home y esas mentes extrañas que quieren arruinar la película para mucha gente. Llámenlo deseo de figurar o nada que hacer; la imposibilidad de conseguir boletos y la gente con celular en el cine es la formula perfecta para arruinarle el rato a cualquiera. Sin embargo, no puedo creer que tengamos que explicar que esto no tiene nada de nuevo.
Imaginen las filas en diciembre de 1982 en los cines mexicanos cuando se estreno E.T.
En ese entonces cabían hasta tres mil personas en las salas más grandes y las filas para entrar eran una locura. Así que imaginen lo que sintió mi ser querido cuando esperando con paciencia para entrar al cine Imperial 70, empezó a salir la marabunta de la función anterior. Un segundo antes de estar adentro, un tipo se volteo hacia los que iban a ver la cinta y gritó: “¡No se muere al final!”, y enseguida salió huyendo de ahí.
Qué ganas de fregar, ¿no? Pero miren, al menos ese tipo se jugó el pellejo y lo hizo frontalmente. Esta semana ha sido imposible interactuar hasta en chats de trabajo, familia, y ya no hablemos de asomarse a las redes sociales, sin ver imágenes que arruinan momentos cumbre de la película. Y es demasiado fácil. Honestamente, creo que sí debería haber un castigo ejemplar para quien lo haga. No que Spidey necesite de nuestra ayuda, pero las salas de cine sí, esta es la película que puede hacer que muchas de ellas sobrevivan o no a esta pandemia.
Susana Moscatel
Twitter: @susana.moscatel