Paul Mescal fue el invitado especial el pasado fin de semana a Saturday Night Live y quiero decir que ahora les perdono a los tiburones en el coliseo romano y demás atropellos en la secuela de Gladiador. Soy muy, muy fan de Ridley Scott y fui de las que corrió al cine a ver tanto a Gladiador II como Wicked. La primera me dejó pasmada porque tiene errores de narrativa tan insuperables que salí hasta un poco triste.
Pero luego vi Wicked y se me pasó. Sí, soy público de musicales, pero eso me hace aún más despiadada en mis emociones y critica. En Wicked amo al compartir el fenómeno con tantas personas, pero regresemos a Paul Mescal en SNL. No podría estar más agradecida de las carcajadas que me provocó cuando, encabezados por el protagonista en el imperio romano, hicieron Gladiador, el musical. Y no olvidemos el delicioso detalle de que ahí estaba Bowen Yang, miembro del elenco y compañero constante de Glinda (Ariana Grande) en Wicked. Cuatro minutos de burla amorosa para todos, quienes siguen en shock por lo que fue Joker 2 y para quienes no acabamos de explicarnos ni acomodar en nuestra mente y opinión la extraña Emilia Pérez.
Mi conclusión me tiene feliz, no solo por la risa que nunca está demás (lo pueden ver en YouTube), sino porque esto hace casi oficial el hecho de que los musicales en el cine son y seguirán siendo grandes opciones, ya sea para la taquilla o solo la conversación. Pero se harán más. ¿Qué les digo? Soy feliz. Gracias Paul.