Hay comedia que provoca, otra que reafirma lo que igual queríamos pensar. En ocasiones, más seguido de lo que a muchos nos gustaría, hay comedia victimaria, esa que saca la risa del abusador que se burla del débil en la historia. Esa ultima es la comedia que usualmente denunciamos aquí. Todas las demás deben coexistir y nosotros decidir qué queremos consumir y qué no.
Quedé fascinada de descubrir el canal de YouTube de Babylon Bee. Este concepto, sí muy gringo pero también muy claro en temas sociales que ya discutimos por todos lados, empezó siendo una especie de blog que se burlaba de los tan liberales que ya no permiten que nadie disienta con ellos.
Ahora están haciendo sketches en los que se burlan de quienes causan pánico por no saber cómo usar los pronombres a las personas que aseguran que nadie tiene derecho a definir el género al que pertenecen; la diferencia entre un texano carnívoro y una californiana vegana y mil cosas más que, admitámoslo, tienen a la mitad del mundo ofendido y cancelándose mutuamente.
No suelo estar de acuerdo con el punto de partida de estos cuates, pero coincido en que el movimiento woke ya se radicalizó y siempre seré alguien que aplauda a la comedia que se burle de los fanatismos que no permiten replica. Y son divertidos. Son buenos comediantes. Y aunque a veces yo me sienta aludida como una de las personas de las que se burlan, puedo entender su punto de vista y reír. Reír de mis excesos, que siento que son en pro del bien pero deben ser moderados, y reírme de que ellos mismos se burlan de su lado también.
No hay que estar de acuerdo para poder soltar una buena carcajada.