Política

Una mentira que recorre la mitad del mundo

  • Seguridad ciudadana
  • Una mentira que recorre la mitad del mundo
  • Sophia Huett


“Una mentira puede haber recorrido
la mitad del mundo mientras la verdad
está poniéndose los zapatos”
Chales Spurgeon

Cada ocho días e incluso menos, una voz dulce y comprensiva alerta que gracias a sus conocidos en una institución, sabe que hay una situación de riesgo… o que al primo de su sobrina le pasó una situación y por ello, distribuye un mensaje para que la ciudadanía tenga cuidado. Esa voz no se identifica, no habla de horarios o días, lo que permite que no importa cuándo se escuche el mensaje, siga vigente.

Lo mismo ocurre en el caso de los mensajes de texto, que mediante la mensajería del celular son distribuidos de manera indiscriminada. Las noticias falsas son una amenaza al periodismo y también lo pueden ser para la democracia. Buscan hacer de la desconfianza a los medios formales y a las instituciones su principal fortaleza.

Tienen un poder preocupante porque al tener un falso origen ciudadano, apelan a lo más sensible de las personas y alteran el criterio de quien las escucha para poder distinguir de lo que es falso o no. Las plataformas digitales adquieren cada vez prácticas más estrictas para eliminar contenidos falsos, los sistemas de mensajería vía celular restringen el reenvío de mensajes y la autoridad está pendiente de desmentir temas… pero todo ello resulta insuficiente si la ciudadanía no adquiere las habilidades suficientes para distinguir un rumor y noticia falsa.

La tendencia internacional apunta a una abundancia mayor de noticias falsas, lo que hace imprescindible combatir la desinformación que pone en peligro la verdad.

El autor español David Alandete califica incluso a las noticias falsas o fake news como una nueva arma de destrucción masiva, que es capaz de desestabilizar una democracia, en razón de que la desinformación puede alterar un proceso electoral, por citar una situación.

Por aquello de la soberbia intelectual, es importante citar que estudios realizados en España y Canadá, indican que casi nueve de cada 10 personas han dado por cierta al menos una noticia falsa que vio en redes sociales. Ya sea del mundo del espectáculo, de temas urbanos o peor aún, de temas relativos a la seguridad, la gran mayoría ha caído en la trampa.

¿Pero por qué? Porque el encanto de las noticias falsas o fake news justamente radica en enganchar al consumidor, lo mismo para creer noticias falsas sobre ciencia, leyendas urbanas y hasta información financiera.

Curiosamente, la experiencia indica que son las personas y no los famosos bots o cuentas automatizadas, quienes tienen la principal responsabilidad de difundir información engañosa, que tiene hasta un 70% más de posibilidades de ser replicada. Las noticias falsas suelen generar mayores sentimientos de sorpresa y disgusto, tienen un cierto valor novedoso y provocan un sentimiento de tristeza que motiva que el audio, texto o link sea distribuido con mayor frecuencia. El reto para los medios de comunicación y las autoridades es prácticamente el mismo en esta materia: devolver la confianza a la audiencia para ser punto de referencia cuando surja información alarmista.

Para ello las claves son meticulosidad y cautela de los medios tradicionales, así como una transparencia gubernamental a toda prueba.

La solución no es tecnológica, no es una autoridad que salga a desmentir a cada momento una situación… La solución es educar la conducta humana. _



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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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