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Luz contra el crimen

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  • Luz contra el crimen
  • Sophia Huett

En nuestro imaginario, una calle oscura o un callejón en penumbra, son los escenarios ideales para un acto criminal.

Si la oscuridad es un factor para el crimen ¿por qué no poner mayor iluminación?

Sonaría a una solución muy simplista, pero afortunadamente cada vez hay mayores estudios que demuestran que contar con una mejor iluminación en la vía pública, es parte del abanico de soluciones para mejorar la seguridad de la ciudadanía.

Una investigación patrocinada por el Banco Interamericano de Desarrollo presenta evidencia suficiente para poder acreditar con fórmulas matemáticas y otras herramientas, que hay una correlación entre el alumbrado púbico y los índices de criminalidad.

El documento titulado “How light affects crime”, elaborado por Patricio Domínguez y Kenzo Asahi, tomó como escenario dos ciudades de Chile y presenta varias estimaciones del efecto de la luz ambiente en los patrones delictivos. Los investigadores encontraron que al reducir la cantidad de luz ambiental, aumentaba sustancialmente la actividad criminal.

Su trabajo los llevó a concluir que en el horario de verano, que en el periodo de 7 a 9 de la noche aumenta en una hora la cantidad de luz, el crimen disminuye un 20%, en diversas modalidades de robo.

En contraste, se advierte que el crimen aumenta en un 17% cuando hay menor cantidad de luz, como ocurre en el horario de invierno.

Para el análisis del fenómeno, los investigadores contaron con la colaboración del Gobierno de Chile y de su policía nacional: los Carabineros de Chile. Ello aportó diversas ventajas al estudio, como cubrir el universo de los crímenes denunciados y los datos estadísticos detallados en horario, durante el periodo del año 2005 al año 2010.

Es decir que compararon el mismo espacio, atendido por una Institución constante en sus procesos y estrategias, como lo es la Policía Nacional y datos históricos.

A este caso podríamos sumar otras experiencias internacionales más, como es el caso de Inglaterra, en donde la incidencia del crimen se redujo 43% tras mejorar el alumbrado público.

Tener una mejor iluminación, de preferencia tipo LED, no es un tema solo de infraestructura, sino parte de las políticas públicas transversales para la seguridad ciudadana.

Tal vez algunos gobernantes consideren que se trata de una gran inversión y sin duda lo es. Pero el análisis en el mediano y largo plazo, representa ahorros en el gasto de energía, sustitución de focos y especialmente, la posibilidad de disminuir el delito.

Tal vez haya quien difiera en que mejorar el alumbrado público se relacione con una disminución del delito, pero apostar por ello conlleva a la asociación de otras ideas positivas: una muestra de que la autoridad apuesta por el cuidado de la zona, aumento en la cohesión social, mayor presencia de personas en la calle, incremento en las posibilidades de detectar el crimen y presencia aún más visible de la Policía.

La luz por sí misma, no brinda seguridad, pero contribuye a que haya mejoras. Cuando la ciudadanía se apropia de sus espacios, a cualquier hora del día y de manera natural, es menos posible que sea el delincuente sea quien lo haga.

Y no basta con colocar luces LED… también es necesario prenderlas y darles mantenimiento…

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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