Los memes en las redes sociales respecto al precio del limón son muy divertidos. Desde la clásica bolsa de complementos de la barbacoa, con cilantro y cebolla, con 100 pesos en lugar de limones, hasta que sale más barato pedir el caballito de tequila que un limoncito para complementar.
Algunos atribuyen el incremento de su precio al aumento de los casos de covid “tipo gripa” y el consecuente uso del remedio de la miel con limón (alta demanda).
Una teoría alejada de la triste realidad.
Se calcula que el incremento del limón es de alrededor del 153% en un año; en las zonas productoras su precio pasó de 6 pesos a 29. En el supermercado se vende hasta en 120 pesos.
Entre las causas del incremento se habla del costo de fertilizantes, bajas en la producción… y otras más de las que pocos se atreven a hablar.
Alrededor del año 2013 en Michoacán, las y los productores de aguacate y limón vivieron una pesadilla. Sus huertas eran tomadas por el crimen organizado, incluso al grado de sacarlos de ellas; eran extorsionados o su mercancía era robada durante los trayectos.
Los delincuentes cobraban 10 centavos por cada kilo de limón, establecían cuotas fijas de 60 mil pesos por productor, cobraban “peaje” a las cargas… estos fueron (y hoy de nuevo son) algunos de los esquemas con los que el crimen organizado se hacía de recursos.
La consecuencia para el resto de la población y del país, era la escasez o encarecimiento del limón y el aguacate.
En el proceso inacabado de la construcción de la seguridad (en el que los políticos así como dicen una cosa, hacen y acaban con otra), fue evidente la necesidad de que adicionalmente al combate y desarticulación de las estructuras delictivas, a la par era necesario proteger los ciclos productivos.
La protección de la economía mediante la seguridad se creó como una especialidad en la Policía Federal, implementada primordialmente por la División de Gendarmería, en un esquema que involucró a todas las especialidades de la Institución.
Mientras Antidrogas desarticulaba a la Familia Michoacana, Investigación detenía a extorsionadores y secuestradores, la División de Fuerzas Federales tenía despliegue de reacción y Seguridad Regional mantenía presencia en carreteras, la División de Gendarmería trabajaba de la mano con las y los productores para garantizar el ejercicio de sus legítimos derechos y legales labores en los distintos procesos e la cadena productiva.
Para 2014, después de varios años de que fuera el crimen organizado quien fijara el precio del limón, por primera vez fueron los propios productores de Tierra Caliente quienes establecieron el costo de la venta.
Hoy estamos de nuevo en ese escenario. No solo porque faltó continuidad en el combate al crimen, sino porque además el grupo delictivo de Jalisco está en la región y también quiere ganancias.
Especialistas económicos prevén que el precio del limón baje en los próximos meses; ello podrá ser circunstancial o acelerado y provocado porque se protege el ciclo productivo con acciones de seguridad.
Eso ya lo habíamos aprendido, desarrollado, probado y obtenido resultados. Pero entonces hay que encontrar de nuevo el hilo negro… ojalá no tarden mucho. Nos gusta el limón.
Sophia Huett