La semana pasada se informó en el Municipio de León la baja de tres elementos de la Policía. Al interior de la corporación se sabe que fue una decisión que se tomó de inmediato y no hubo mayor explicación, el mensaje de los mandos es claro, no se va tolerar ni un solo hecho de corrupción.
Hoy se sabe que siguen las investigaciones y del tema oficialmente no se dan más detalles, de manera extraoficial corren muchas versiones, incluyendo la participación de los tres oficiales en actividades ilícitas.
En Acámbaro, media corporación se fue a huelga, exigían la salida del comisario Jaime Nicasio Valdés, días antes en su vivienda se registró un ataque donde murió un policía; los elementos exigieron mejores condiciones de trabajo.
El alcalde Alejandro Tirado, dio de baja al jefe policíaco y en su lugar nombró a Pedro Gutiérrez Ávila quien en 2011 fue detenido por la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado por dar protección a integrantes de un grupo delictivo. Sólo un par de horas después que se dio a conocer su pasado criminal renunció al cargo.
En marzo, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, justo en el momento en el que Marina y Fuerzas Estatales tomaban la comunidad de Santa Rosa de Lima en Villagrán dijo:
“Le pido al Alcalde que ponga a trabajar a sus policías municipales a favor de la ciudadanía y no en favor a la delincuencia”; esto en respuesta al edil Juan Lara quien señaló a los policías estatales de abuso policíaco.
Un golpe del operativo Golpe de Timón, se logró la detención de Angélica “N”, cuñada de José Antonio Yépez Ortiz, El Marro, y señalada por la autoridad como su presunta operadora financiera; su esposo Javier “N” era Policía Federal activo.
Hoy el problema de inseguridad es multifactorial. Sin embargo la articulación del combate a la delincuencia debería empezar en casa, un hecho que no se ha logrado erradicar de las corporaciones en Guanajuato.
Hay que recordar que en 2017 se dio a conocer la detención de cuatro elementos de las Fuerzas de Seguridad y dos de la agencia de investigación hoy FGR.
Sin embargo la depuración de las policías tampoco ha garantizado que vayan a mejorar en su desempeño en los tres órdenes de gobierno y se logre erradicar los vínculos de algunos elementos con grupos delictivos.
Hace uno días un funcionario de primer nivel antes los hechos registrados y antes mencionados, se limitó a comentar que “el enemigo está en casa”, una frase que no sorprende pero que sí preocupa por la realidad que se vive. Habrá que ver cuál es el resultado de la depuración de los cuerpos de seguridad en los municipios y el estado. Y el tiempo que les lleve en lograrlo.
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