el canciller Marcelo Ebrad en una reunión con la vicepresidenta y ministra de relaciones exteriores, Marta Lucía Ramírez, señaló con enorme claridad que Colombia y México son dos grandes países con demasiadas narcoseries.
Es cierto, Colombia y México son mucho más grandes que las historias de sus delincuentes y siempre lo serán. Al leer la declaración del canciller Ebrad, fue imposible no pensar en mi Tamaulipas.
Tamaulipas es un gran estado y lamentablemente se le conoce más por sus problemas de inseguridad que por sus enormes riquezas naturales y por la calidez de su gente, a pesar de los importantes avances registrados en los últimos años.
Hay que decirlo como es, luchamos con una fama que no tienen estados que llevan años siendo más violentos e inseguros. Lo que hace más difícil atraer inversiones y turismo.
Escuchaba al gobernador García Cabeza de Vaca señalar que dedicaba el 50% de su tiempo a atender el tema de seguridad, y sin desconocer áreas de oportunidad, los números lo confirman.
Hoy Tamaulipas es una de las 10 entidades más seguras de México y Tampico es en la percepción de sus ciudadanos la ciudad más segura de México. Este último dato hace unos años era inimaginable; a mí me tocó vivir durante mi universidad el clima de inseguridad más alto en la historia del área metropolitana de Tampico, Madero y Altamira.
En política muchas veces decimos que las prioridades o se reflejan en el presupuesto, o no son prioridades, pero hay que darle el justo valor a la agenda de las y los gobernantes.
Para dar resultados en los grandes problemas sociales no bastan los recursos. Incluso podemos encontrar ejemplos claros de que más recursos no necesariamente significan avances o mejoras.
Un gobernante que dice que su prioridad es la seguridad, pero dedica el 5% de su tiempo al tema, demuestra que lo es quizá en el discurso, no en las acciones; pasa incluso en las relaciones personales. En la repartición del tiempo se ven las prioridades.
Decía el gobernador de Tamaulipas: sin seguridad no hay nada, ni turismo, ni inversiones, ni desarrollo; estoy de acuerdo, y desde aquí como un ciudadano más extiendo un llamado a todos los que aspiran a gobernar Tamaulipas para que se pronuncien sobre el tema y la seguridad siga siendo una prioridad en recursos y en el tiempo de su agenda. Un Tamaulipas seguro es un futuro con rumbo. _