El caso del feminicida de Ecatepec ha conmocionado a todo el país. No es para menos, se trata quizá del mayor asesino serial en la historia reciente de México. En sus declaraciones confiesa, con cinismo y orgullo, haber asesinado a al menos 20 mujeres. Narra cómo las engañaba, cómo abusaba sexualmente de ellas, cómo las asesinaba y lo que hacía con sus cuerpos.
El delito de feminicidio está tipificado en Código Penal Federal de la siguiente manera: “Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género o cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias…” y se establecen siete supuestos como si la víctima presenta signos de violencia sexual o si existen antecedentes de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar del sujeto activo en contra de la víctima.
En este sentido, la legislación para sancionar el feminicidio ha avanzado, ya no considera únicamente el supuesto de privar de la vida a una mujer por razones de género, que era un supuesto legal muy difícil de acreditar.
El lamentable caso del llamado por la prensa “Monstruo de Ecatepec” pone al centro de la agenda pública la violencia contra las mujeres. Ecatepec es el municipio más inseguro para las mujeres, pero en su momento también lo fue Ciudad Juárez; este problema en México es de dimensiones mayores. Quizá estamos pagando como sociedad, las décadas de machisimo, en las que fomentamos que las mujeres no eran iguales a los hombres, que no valían lo mismo.
El problema es que ahora pasó en Ecatepec, y asombra al mundo el nivel de violencia ejercido, pero pasa a diario en nuestro país. No todos admitirán que es por razones de género; sin embargo, detrás de muchos homicidios de mujeres hay ideas repugnantes. Me queda claro que no es fácil ser mujer en este país, me queda claro que al salir a la calle enfrentan muchos y mayores riesgos, me queda claro que aún habitan en la oscuridad ideas que creemos extintas.
Lo sucedido debe ser el último llamado para fortalecer tres tareas: 1) Darle carácter prioritario a la prevención y atención de enfermedades mentales. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el 50% de las enfermedades mentales, en el mundo, surgen antes de los 14 años. Evitemos que lo que es una enfermedad que debe ser tratada y atendida, se transforme en delitos. 2) Mejorar las capacidades de inteligencia y profesionalización de los que persiguen a los delincuentes. Basta de expresiones como: “de seguro se fue con el novio” y de la incompetencia que ha redundado en miles de agresiones más. 3) Hay que seguir promoviendo temas en pro de la equidad e igualdad de género. Todos los mexicanos debemos entender que mujeres y hombres tenemos el mismo valor y los mismos derechos. No queremos más casos así, y tampoco una mexicana menos. Ojalá que las familias de las víctimas encuentren pronta paz; que Dios las bendiga.
No es Ecatepec, es México
- Prospectivas
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Saúl Barrientos
Tampico /