Entiendo que el tema del covid lastima a muchas familias porque perdieron un ser querido, tuvieron que cerrar su negocio, fueron despedidos o no encuentran trabajo. También tengo claro que a los más afortunados les fastidia, les aburre o simple y sencillamente perdieron dimensión del problema por la saturación de información.
Sin embargo, he escuchado a diversos expertos afirmar que el covid durará años y que, si bien aprenderemos a coexistir con el virus (el cual seguirá disminuyendo en letalidad e intensidad), atender las secuelas en órganos vitales como el corazón y los pulmones representarán todo un reto para los sistemas de salud.
Hace apenas unos días se anunciaba que Alphonso Davies, jugador de 21 años del equipo alemán de fútbol Bayern Munich, causaba baja de la selección canadiense y de su club por una inflamación en el corazón producto del covid.
Hablamos de una joven estrella de fútbol profesional de uno de los mejores equipos del mundo, el cual es monitoreado y revisado, si no de manera diaria, al menos muy constante.
¿Cuántos jóvenes o adultos padecieron covid y no han ido a revisarse? Peor aún, ¿cuántos han sido asintomáticos y un día presentaran complicaciones en órganos vitales que ni se imaginan?Roselyn Lemus-Martin, doctora en Biología Molecular y Celular por la Universidad de Oxford, señaló que existe la posibilidad de que en los siguientes 10 años vamos a ver una nueva pandemia de enfermedades del corazón.
Así que pudiéramos estar frente a un virus que cada vez se vuelve más leve en apariencia pero que puede volverse muy grave en el largo plazo. Aunque aún se ve como una posibilidad, creo que urgiría seguir analizando los casos, darle seguimiento a la fuerte correlación que ya se ve entre el coronavirus y las enfermedades cardiovasculares, entre otras.
Prevenir a las instituciones de salud, abriendo más vacantes para especialidades médicas clave y aumentando los presupuestos es fundamental. Esta enfermedad al parecer marcó a todos los que hemos convivido con ella en la vida adulta. A quienes tienen la posibilidad, sin arriesgarse a un nuevo contagio, no hay que dejar de estar atentos a los síntomas posteriores y, no queda de otra, a no bajar la guardia porque esta pesadilla todavía no termina. Nuestro mejor escenario es cuidar nuestra salud cuanto más sea posible. _
