Es mi última columna del año; esta vez coincide con el día en el que habrá de terminar este 2018. En medio de momentos de reflexión, tomo papel y pluma, no puedo hacer una columna tan personal directo en la computadora. El tema de hoy no es político, es humano.
En el balance de lo ocurrido en mi vida este año, me queda claro que el camino no fue fácil. Quizá nunca lo ha sido, pero hay etapas donde los retos personales, familiares y profesionales se juntan, y etapas donde las complicaciones en alguno de estos aspectos amenaza con sacudir los demás. La meta para 2019 será la misma de cada año, trabajar por seguir creciendo como persona y seguir avanzando aún si el viento viene en contra.
Dicen que cada quién habla de la feria como le fue en ella. Pero en algo podemos coincidir, sobran motivos para dar gracias; porque por duros que hayan sido los tiempos, hubo muchos momentos por los que valió la pena cada segundo el estar vivos.
Mi frase favorita nunca la había compartido en este espacio, es de Mark Twain; él decía que “los dos días más importantes de tu vida es el día en que naces y el día en que descubres por qué.” Tenía toda la razón, esos son los días más importantes de nuestras vidas. Cada persona tiene su por qué.
Incluso una aportación que pudiera parecer mínima puede impactar la vida de todos. Quizá a través del cariño y el apoyo que le esté dando a sus hijos o nietos, el mundo del deporte, la música o la ciencia, no vuelvan a ser los mismos. Quizá algún consejo suyo pueda evitar una mala decisión o su sola presencia reconfortar a quien la está pasando mal. Quizá mañana usted hable a nombre de miles de personas.
Mi padre siempre nos ha insistido a mi hermano y a mí que todo lo que hagamos, lo hagamos bien. Era común escucharlo decir que si las cosas pequeñas las hacíamos bien, las cosas importantes las haríamos bien.
2019 debe ser un año en el que hagamos las cosas bien. Las metas pueden variar, lo que no varía es que los resultados verdaderamente importantes solo se obtienen trabajando.
2019 debe ser un año en el que festejemos las cosas “pequeñas” de la vida. Una graduación la festeja cualquiera; un primer 10 en un examen de matemáticas de primaria, no cualquiera, y esos momentos no se repiten.
2019 debe ser un año en el que seamos más positivos. Dejemos en nuestro paso un lugar mejor que el que encontramos. ¡Feliz 2019!
Bienvenido el 2019
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Saúl Barrientos
Tampico /