Después de los pasados resultados electorales, el Partido Acción Nacional ha sufrido una gran crisis con los escasos votos conseguidos y eso no se debe solo a la marca del partido, sino a la mala estrategia y a los caprichos de su exdirigente Ricardo Anaya, quien por cierto, no ha aparecido desde esa derrota y no ha tenido el valor de ser autocrítico que es por el bien de su liderazgo y el bien del partido. Además, debe retirarse totalmente de la política, situación que ayudaría a sanar al partido. Esa decisión deja desunión, rivalidades y grandes voces que siempre rompen la paz dentro del partido.
Ayudaría a limpiar los ánimos revanchistas de cada uno que se siente orgulloso y digno en cualquier crítica al interior del partido, así como, Ricardo Anaya puede tener altura de mirar al futuro del partido - si es que está convencido en este instituto político- aunado a que debe entregar totalmente y hacerse a un lado para no generar más problemas a su partido siguiendo desgastando lo innecesario, ya son inoportunos esos caprichos de los cuales, ya pagó mucho el partido por ellos. Ahora es quedarse al margen de estos resultados que constituyen una evidencia contundente de la compleja situación que enfrenta el partido. Por ello, vale destacar, luego de la derrota del primero de julio por el fallido ex presidente el Partido Acción Nacional Ricardo Anaya y ahora al tomar el poder de nuevo su gente encabezado por Marko Cortés, han cerrado la posibilidad de nuevo de regresar a muchos de los panistas a integrarse al partido. Lo anterior se refleja en lo que está ocurriendo en el PAN estatal pero es más que preocupante el futuro de este partido por las fracturas incurables que le causan los mismos dirigentes como Asael Hernández y Daniel Ludlow y otros grupos que sólo utilizan la marca del PAN para sus intereses personales y obtener beneficios propios, situación que no garantiza ningún crecimiento ni da una buena posibilidad de buen futuro en 2019.
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