El origen del 25 de noviembre en tanto fecha de conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se remonta a 1960, año en el que las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal fueron brutalmente asesinadas en República Dominicana por su activismo político en oposición al gobierno del dictador Rafael Trujillo.
Si bien la solicitud para establecer el Día Mundial para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue proclamada por la Organización para las Naciones Unidas (ONU) el 25 de noviembre de 1999, con el apoyo de más de 60 gobiernos, fue hasta 2000 cuando la Asamblea General adopta la resolución.
No obstante, fue en julio de 1981, en el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá (Colombia), cuando en memoria de las hermanas Mirabal se decidió designar esta fecha conmemorativa.
En este encuentro se denunció la violencia de género, tanto la doméstica como la que ocurre a nivel de Estado, incluyendo la tortura y abusos sufridos por cuestiones políticas y agravadas en su condición de mujeres.
Resulta significativo que esta fecha surgiera en América Latina. Al menos 3 mil 287 mujeres han sido víctimas de feminicidio en 2018, según el análisis de Cepal con información de 15 países de América Latina y el Caribe. Una cifra en sí ya de terror, pero aun así inconclusa, “debido a las legislaciones nacionales de cada país y la tipificación que otorgan a este delito agravado por razones de género. Por lo que habría que sumar los datos de los 10 países de la región que solo registran los feminicidios cometidos a menos de la pareja o ex pareja de la víctima, lo que eleva a 3 mil 529 la cifra de mujeres asesinadas durante el pasado año” (CepalStat).
En México no es diferente. La periodista y activista mexicana Martha Canseco expone que la situación de violencia que se vive en el país es consecuencia no solo de grupos criminales, sino que “es tal el deterioro del tejido social que se está convirtiendo en un modo de vida el ser violento”.
Para Ana Pecova, directora de Equis México, el acceso a la justicia es otro tipo de violencia que afecta a las mujeres, “que se ve realmente dañado cuando se mezcla el género con otras categorías”. (France 24, 24/11/2019).
En América Latina se ha avanzado a ultimas fechas en el ámbito normativo contra la violencia de género. Y es algo digno de reconocerse. No obstante, esto se ha quedado en el tintero o en legislaciones que en la práctica no cumplen su cometido. En la batalla contra la violencia de género no basta con hacer uso del sistema penal.
Se busca no solo combatir sino erradicar la desigualdad y transformar el sistema patriarcal que se ha vuelto funcional para las sociedades a fuerza de repetirse generacionalmente. Si bien es necesario contar con el marco jurídico para luchar contra la violencia de género, es primordial urdir un nuevo tejido social donde la puntada central sea la igualdad y el hilo conector sean las herramientas necesarias para alcanzarla.
* Maestra en Artes y doctora en Educación. Coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe UANL.
@saraiarriozola