Si buscas resultados extraordinarios, necesitas dejar de hacer cosas ordinarias. ¿Y por dónde iniciar? Imagina que una canción popular, un pollo de goma que chilla o una fecha de no cumpleaños fuera justo lo que necesitas para vender más. No parece tener lógica… hasta que lo pruebas y funciona.
Hay negocios que hacen todo “correcto”: buen producto, buena atención, buena presencia digital… pero no destacan. No hay nada que los vuelva memorables. Nada que provoque que un cliente diga: “oye, ¿ya viste esto?”
Ahí es donde entra el tercer elemento. Ese que parece no encajar, que viene de otro mundo, de otro sector, incluso de una ocurrencia sin fundamento. Pero que, cuando se combina con tu oferta principal, crea un choque creativo que atrapa.
Lo que no se espera, se recuerda
En una ciudad cualquiera, hay un restaurante que no presume alta cocina ni diseño vanguardista. Su tema central es tan absurdo como inolvidable: Toda la experiencia gira en torno a un pollo de hule chillón.
Para llamar al mesero, en lugar de levantar la mano, aprietas un pollo que chilla. Cuando alguien pide la cuenta, el chillido suena otra vez.
Y si es tu cumpleaños, te cantan el “happy birthday” con un remate del coro... al ritmo de chillidos de pollo. Y claro, todo está pensado: su especialidad son las alitas de pollo ¿Es ridículo? Sí. ¿Funciona? También. Y todos salen de ahí con una historia que contar.
Otra historia que se inventó… y se quedó
Una idea que le sumamos a un emprendedor, y ahora amigo, nació por un contratiempo: el regalo prometido para su pareja (importado desde el otro lado del mundo) no llegó a tiempo. Ya no tenía sentido celebrar su cumpleaños… hasta que hicimos una pregunta:
¿Cuál es la próxima fecha especial que podrías celebrar? Como no existía… la inventamos: el cumpleaños 34.5, calculado matemáticamente como la mitad exacta de 365 días, lo cual nos llevó de noviembre al 21 de mayo. Una fecha sin sentido, hasta que decidimos celebrarla.
La sorpresa fue mayor cuando el restaurante donde celebraron el “no cumpleaños” se enteró del cálculo… y decidió sumarse al juego con un 50% de descuento para la festejada.
Desde entonces, ese restaurante no solo da cortesías el día del cumpleaños: también instituyó un nuevo beneficio para celebrar tu medio cumpleaños.
Sí, leíste bien. Cada cliente puede recibir un 50% de descuento el día exacto de su medio cumpleaños. Otro detalle absurdo, emocional y memorable. Otro tercer elemento que convierte lo ordinario en algo digno de contar.
Ahora, todos tienen que comentar por redes sociales cuándo es su medio cumpleaños… solo para tener un motivo, aparentemente absurdo, de celebrar un día más al año. La campaña la bautizamos: “Celebra tu medio cumpleaños, al mediodía, a medio precio.”
Pero cuidado: no se trata solo de llamar la atención.
El tercer elemento no es hacer algo absurdo por hacerlo. La clave está en que provoque una emoción, genere una conexión y se grabe en la memoria. Que parezca no tener sentido… hasta que alguien lo recuerda, lo comparte o lo compra por eso.
Porque en un mundo donde todos se esfuerzan por ser “mejores”, lo que más vende es ser diferente.
