Política

Reforma de ensueño unipersonal

La iniciativa de reforma constitucional en materia político-electoral del titular del Poder Ejecutivo federal nació muerta; sólo un milagro democrático podría resucitarla. ¿Por qué?: no surge del consenso, atenta contra el federalismo, modifica la representación soberana en los poderes legislativos (federal y locales) y no ofrece incentivos democráticos a los partidos políticos en quienes está basado nuestro sistema.

El Ejecutivo presentó su iniciativa bajo dos premisas: reducir el costo de nuestro sistema electoral y constituir una autoridad electoral más independiente, para lo cual optó por la vía de centralizar en una sola autoridad la conducción electoral; o, en otras palabras, el acceso al poder público.

1. Sin consenso. Si bien el Ejecutivo (unipersonal) tiene la facultad de presentar iniciativas, una iniciativa de reforma que modifica las reglas del acceso al poder exige, por imperativo democrático, la definición y construcción de las mismas entre todos los actores implicados, o de lo contrario se trastoca y anula la misma democracia.

2. Atenta contra el federalismo pues desplaza y anula la configuración de la nación mexicana, la cual se construyó (no sin confrontaciones que han costado vidas) a través un pacto federal que reconoce e integra sus partes.

3. La propuesta elimina la representación distrital por listas estatales para integrar la Cámara de Diputados, y aplica el modelo en Congresos locales y Ayuntamientos. Desde el siglo XIX, la representación soberana adoptó un modelo de “voto domiciliario” que luego se configuró en distritos, para que desde ellos se concretice una representación popular-soberana.

4. La propuesta no ofrece incentivos democráticos a quienes a fin de cuentas tendrán la última palabra. Nuestro sistema democrático está fincado en un mal necesario: sistema de partidos alentado con financiamiento público ofensivo. Si algo es rescatable de la iniciativa está en este punto, pero para ello se requiere que los partidos sean generosos, como diría Jorge Alonso Sánchez.

La iniciativa de reforma es de ensueño unipersonal, y como se plantea, única vía para atender lo que la motiva, nos llevaría por la vía más antidemocrática.  ¿Es el momento de una reforma de tal calado? En la antesala de una elección general, sin consenso democrático, no lo creo. 

Rubén Alonso

Twitter: @jrubenalonsog


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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