Política

Una ciudad de islas

Es de mañana. Dos empleados que viven en polos opuestos, en el sur y en oriente de la ciudad, platican sobre su traslado al trabajo. El tema: inundaciones, transporte público, vialidades, congestión vehicular. “Acá está igual”, le comenta uno luego de narrar el periplo de su recorrido. “Apenas llegué a tiempo, pero tuve que madrugar. Me levanté una hora más temprano…”.

¿La causa con las lluvias? En parte sí, pero la realidad se impone: las lluvias hicieron que brotaran las deficiencias acumuladas durante años. Una planeación y desarrollo urbano con criterios de inversión y ganancia económica a corto plazo, donde el particular impuso su negocio inmobiliario sobre el resto de la comunidad. 

Cada centro habitacional se diseñó y se vendió como isla, sin conectividad en todas sus necesidades, algunos cumpliendo con lo mínimo exigible por las normas estatales y municipales para hacia dentro. 

Si los centros habitacionales se hubieran diseñado y construido luego de contar con la infraestructura necesaria de conectividad-movilidad, drenaje y alcantarillado, alumbrado, etcétera, tendríamos otra ciudad, otra casa común.

Pero el negocio inmobiliario se continúa con el modelo de isla, alimentando la bomba existente que estalla cada día con mayor fuerza, aun sin lluvias, pues ya no es sólo un asunto de movilidad, sino de condiciones para vivir en comunidad. Nuestra gran ciudad es un conjunto de islas en el norte, en el sur, en el poniente y en el oriente. Ni Tenochtitlan, fundada desde un islote, y que se estima llegó a contar con hasta 400 mil personas, tuvo deficiencias de conectividad con el macizo continental a través de sus calzadas.

En la agenda pública y política, para desgracia de nuestra casa común, que es el área metropolitana de Guadalajara, donde para vivir los límites político-administrativos son intrascendentes, “el que tiene más saliva, traga más pinole”. Evidencia: sólo existe la avenida Adolfo López Mateos a resolver, y no se aborda el problema común de toda la ciudad de manera integral.

El abordaje, comprensión y solución, estimo, debe ser asumido rompiendo la visión de islas, para sumir que mi problema es también tu problema; mi necesidad también es tu necesidad, aunque seas de oriente o el poniente, del centro, del sur o del norte de la ciudad.

Si las autoridades implicadas lo asumen así y sin fronteras político-administrativas, subordinando la rentabilidad particular inmobiliaria, se podría imaginar, diseñar y construir desde la necesidad ciudadana, no la rentabilidad político-electoral, aunque nos lleve más tiempo. Eso propiciaría más legitimidad en el ejercicio de lo público.

¿Quién será el valiente o la valiente que tenga visión de futuro y rompa la visión y el actuar de islas? Digo valiente porque deberá parar el negocio inmobiliario que destruye nuestra ciudad y quienes la habitamos.


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Rubén Alonso
  • Rubén Alonso
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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