En la nueva normatividad e institucionalidad pública para garantizar el derecho de acceso a la información (DAI) es imperativo considerar cómo toda persona no sólo accede, sino cómo produce, distribuye y consume información con base en sus necesidades. Sería muerte al DAI ofreciendo medios para el acceso a la información y protección de datos personales como si estuviéramos en el pasado.
En 2001, cuando se confeccionaron las “leyes de transparencia”, lo innovador fue poner a disposición información en sitios de Internet. En 2000, de acuerdo con el INEGI, siete millones de personas en México tenían acceso a Internet; actualmente, se estima que poco más 107 millones de personas en el país disponen de Internet, in crescendo, pero con una particularidad: ahora es portable.
Los procesos de generación-producción, distribución-difusión, así como consumo de datos e información, revolucionaron la comunicación, así como la generación y acceso de conocimiento, con impactos y modificaciones sociales, culturales, económicas, religiosas y políticas.
En 2005, en Jalisco, al crearse el ITEI como organismo garante, los procesos de generación-producción, distribución-difusión se conservaron como si fuera 2001 sin considerar cómo entonces se disponía-consumía información de manera cotidiana. Se mantuvo un modelo propio del siglo XX y resabios del siglo XIX, a pesar de que se incorporaban nuevos medios de información y comunicación: nacen plataformas digitales como Facebook y Twitter (hoy X); luego, tras la fascinación de los “datos”, ingresamos al desarrollo y uso cotidiano de plataformas con inteligencia artificial generativa (y en desarrollo exponencial).
Para 2014, la reforma que transformó el IFAI en INAI, con la parametrización de organismos garantes locales, el modelo de generación-producción, acceso-difusión de información pública gubernamental se mantuvo ajeno, distante y paralelo a la ruta que el mundo cotidiano disponía y usaba para acceder y disponer libremente de información.
Ahora, con el cambio de modelo garante de acceso a la información, lo concerniente al cómo y con qué se accede a la información se mantiene igual, e incluso se refuerza, pues está planteado desde el sujeto obligado, no desde el sujeto del derecho y sus necesidades, pero sobre todo, desde los recursos que utiliza, es decir, desde el cómo y con qué dispone de información pública.
En Jalisco tenemos la oportunidad de replantear el acceso a la información desde el sujeto del derecho, desde cómo y con qué busca, recibe y difunde información en lo cotidiano, para que lo público gubernamental le sea significativo y responda a sus necesidades. Estamos ante la oportunidad de poner en las disposiciones normativas e institucionales las bases para el cómo y con qué buscar, recibir y difundir información pública en entornos y recursos digitales de hoy y en el futuro que se vislumbra con los desarrollos que están en curso.