Esta semana, se prevé fallezca la iniciativa de reforma constitucional en materia político-electoral presentada por el Ejecutivo federal en abril pasado; será casi un trámite, para dar luego paso al llamado “Plan B”, anticipado, búsqueda de “resurrección” que implicará una iniciativa de reformas a leyes secundarias en materia electoral.
En las formas, la iniciativa de reforma constitucional no prosperará porque no se aseguraron los votos suficientes en la Cámara de Diputados, mayoría calificada. Los votos de la bancada del PRI son fundamentales y se anticiparon en contra. Sin embargo, jugada de última hora del partido mayoritario, Morena, para conseguir el número suficiente de votos de legisladoras y legisladores presentes en la sesión, se armó al terminar la semana pasada: las diputadas Olga Zulema Adams Pereyra, Claudia Selene Ávila Flores, Susana Prieto Terrazas, Laura Imelda Pérez Segura y el diputado Pedro David Ortega Fonseca solicitaron licencia para separarse de su encargo el 29 de noviembre, y reincorporarse al día siguiente.
¿Qué sigue?
Consumado el fallecimiento de la iniciativa del Ejecutivo, se presentará la propuesta de adecuaciones a leyes secundarias electorales. Se desconoce el contenido a detalle de ese “Plan B”, por lo genérico anticipado por los promoventes, buscarán “rescatar” lo más que se pueda de lo planteado en la iniciativa de reforma constitucional en estos aspectos: reducción de costos operativos de los órganos nacional y locales electorales, e incorporar mecanismos para los procesos de selección-elección de los árbitros electorales: consejeras y consejeros.
Ir más allá, con leyes secundarias, abriría una contradicción constitucional, en particular si con las normas secundarias se limitan o ponen en riesgo las funciones sustantivas de los organismos electorales.
El grupo parlamentario impulsor de la reforma electoral cuenta con la mayoría de los votos en las cámaras, diputados y senadores, para reformas en leyes secundarias, que al aprobarse llevarán a las entidades federativas a procesos de armonización legislativa, de tal suerte, que la reflexión y debate sobre la reforma electoral seguirá viva.
¿Qué haremos en Jalisco? ¿Copiar y pegar para armonizar? ¿Se abrirá un espacio que posibilite mejoras desde lo local, desde nuestras necesidades? Veremos. Esto aún no concluye.
Rubén Alonso
Twitter: @jrubenalonsog