Política

Inteligencia Artificial: tiempo para pensar y regular

La semana pasada, el 12 de julio, se publicó en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) el Reglamento (UE) 2024/1689 del Parlamento Europeo y del Consejo, aprobado el 13 de junio anterior, con el que se establecen las normas armonizadas en materia de inteligencia artificial (IA), siendo así la primera normatividad en esta materia a nivel internacional, convirtiéndose en referente para lo que desarrollen otros países o regiones internacionales.

La normatividad consta de 113 artículos, integrados en trece capítulos, además de trece anexos, tiene como objetivo “mejorar el funcionamiento del mercado interior y promover la adopción de una inteligencia artificial centrada en el ser humano y fiable, garantizando al mismo tiempo un elevado nivel de protección de la salud, la seguridad y los derechos fundamentales consagrados en la Carta, incluidos la democracia, el Estado de Derecho y la protección del medio ambiente, frente a los efectos perjudiciales de los sistemas de IA (en lo sucesivo, «sistemas de IA») en la Unión así como prestar apoyo a la innovación” (ver: reglamento en https://bit.ly/3xWjIGT y https://bit.ly/3zF6Q8B y en https://bit.ly/3LlnUmT).

Si bien hay quienes señalan que esta normatividad primigenia es “histórica”, la cual entrará en vigor el próximo 1 de agosto de 2024, pero será aplicable a partir del 2 de agosto del 2026, hay quienes resaltan deficiencias: parte del principio de riesgos con la IA, no queda evidente en la norma que el principio de la regulación son los derechos fundamentales de las personas, su principal interés es el “mejorar el funcionamiento del mercado interior” de la UE, y la normatividad no aborda el mercado monopólico de la IA, el cual desborda y rebasa toda normatividad local y regional.

Fascinante y cautivadora es la IA en nuestra vida cotidiana, en particular con el desarrollo de aplicaciones en tareas y actividades de todo tipo, de manera especial la IA generativa que agiliza, y en ocasiones sustituye o termina suplantando la creatividad e imaginación humana. Cada día la IA implica todo.

Del lanzamiento público de Chat GPT a partir noviembre de 2022 a la fecha, el desarrollo de aplicaciones con IA ha sido exponencial, bordeando los límites de la IA Estrecha o Débil (ANI), y a punto de ingresar a la etapa de IA General (AGI). Ese momento encendió las luces de alarma en especialistas, instituciones y gobiernos, pues ingresando a la IA General, el paso a la Súper IA (ASI) será imperceptible.

Por lo pronto, todos los desarrollos de IA dependen de seres humanos que la alimentan con datos e información desarrollada, incidiendo en el conocimiento que tenemos de nosotros mismos, de nuestros entornos y modificando todas nuestras relaciones humanas, sociales, culturales, religiosas, económicas, políticas, modio-ambientales, etc. Su impacto es total y con incertidumbre sobre sus consecuencias. La humanidad está en riesgo, de ahí la exigencia de abordar, tratar y definir su desarrollo y uso desde la ética.

Volviendo al Reglamento (UE) 2024/1689 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre IA, el principal cuestionamiento que se le hace es que dicha norma “es incapaz de abordar la principal amenaza que plantea actualmente: su papel en el aumento y afianzamiento del poder extremo que unas pocas empresas tecnológicas dominantes ya tienen en nuestras vidas personales, nuestras economías y nuestras democracias", señaló Max von Thun, director para Europa del Open Markets Institute a Euronews Next (https://bit.ly/3xN9gSe).

Y esos monopolios tienen nombre y apellido: Meta, Google, Microsoft, Apple; esas empresas-corporativos que no sólo tienen el monopolio tecnológico en occidente, sino la capacidad para inducir e incluso determinar qué contenidos (servicios y productos) consumimos, moldeando nuestra comprensión personal, social, política, económica, cultural… Como detalle, Meta ha dado un paso más en una de sus aplicaciones de principal uso personal y de interacción-comunicación: WhatsApp al incorporar la extensión Meta AI de búsqueda con sugerencias temáticas predefinidas para “preguntar” o pedir elaboración de textos e imágenes utilizables y compartibles en la aplicación de comunicación instantánea interpersonal y grupal.

Pero no perdamos de vista que en todo esto, la alimentación con datos e información de las plataformas depende de nosotros, de quienes las usamos, pues para las compañías que nos la ofrecen, nosotros somos el producto.

¿Y cómo vamos en México?

Si hacemos una búsqueda en el Sistema de Información Legislativa (SIL) dela Secretaría de Gobernación que da seguimiento a la actividad legislativa federal en la Cámara de Diputados y Cámara de Senadores, podemos constatar que desde el año pasado las y los legisladores, desde distintos campos han presentado diversas iniciativas para incorporar, considerar y/o regular la IA en nuestro marco jurídico. Un trabajo disperso y reactivo que va desde la Ley Federal del Derecho de Autor, la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley General de Educación, Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y el Código Penal Federal. Claro, consideran que con incorporar el concepto de IA en la norma resuelve riesgos y amenazas, sin ir más allá de manera integral.

Sin embargo, entre las propuestas dispersas hay dos iniciativas de ley más integrales, como la presentada por el diputado Ignacio Loyola Vera el 24 de mayo de 2023, como “Ley de Regulación Ética de la Inteligencia Artificial y la Robótica” (ver: https://bit.ly/3S7F4It) y la propuesta del senador Ricardo Monreal Ávila como “Ley Federal que Regula la Inteligencia Artificial”, del 2 de abril de 2024 (ver: https://bit.ly/4bI1vLb).

Todos los inventos y desarrollos del ser humano tienen algo en común: son extensiones de sí mismo, de su cuerpo y habilidades propias, incluso, imitando y extrapolando lo de otros seres vivos: el ropaje como un pelaje perdido en el desarrollo evolutivo, la cuchara como la propia mano, hasta lo más sofisticado y exponencial; y ahora, estamos ante una frontera (¿límite?) donde no será sólo una extensión de sí mismo, sino otro yo que supere capacidades y habilidades de manera autónoma. Al desarrollo y uso de armas se le ha puesto límites, al uso de la energía nuclear, al desarrollo y uso de la genética, incluso se abordan los límites del desarrollo y uso de las energías no renovables. ¿Y de la IA?

Hoy, en pocas manos (económicas y financieras), como no había sucedió en otros momentos de la historia, está el modelaje de lo que conocemos, consumimos, decidimos, somo en todos los ámbitos de nuestra vida; ¿y mañana?

Pensemos, dialoguemos, analicemos, discutamos, con el tiempo necesario, y luego regulemos.

X: @jrubenalonsog

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Rubén Alonso
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