Política

Putin, el primer imperialista

Los izquierdosos radicales latinoamericanos simpatizan abiertamente con Vladimir Putin. Y es que no han podido quitarse de encima el rancio antiyanquismo de cuando los Estados Unidos, en plena Guerra Fría, patrocinaban a las más siniestras dictaduras de derechas para cerrarle las puertas al comunismo en nuestro subcontinente. 

Y, bueno, el “imperialismo” es también un término plenamente vigente para ellos, con todo y que la cosa va, hoy día, de simples inversores llegados de muy diferentes proveniencias a hacer negocios. China, entre los países que buscan nuevos mercados, ha colocado colosales cantidades de dinero en África y el consecuente endeudamiento de las naciones subsaharianas les augura un futuro no enteramente promisorio. No se escuchan, sin embargo, voces de socialistas argentinos o venezolanos o nicaragüenses denunciando ferozmente al maligno “imperialismo chino” (ni mucho menos condenando la descarada invasión perpetrada, ahí sí, por una potencia innegablemente imperial llamada Rusia).

Lo que sí les mete ruido, por el contrario, es el incondicional apoyo estadounidense a Ucrania porque lo asocian con ese pasado que no logran todavía digerir. O sea, que proveer de armamento a un pueblo que necesita defenderse de un sanguinario invasor no sería un gran acto de generosidad —ni mucho menos una acción concertada con los países de la Unión Europea para apuntalar los valores del Occidente democrático frente a la embestida del totalitarismo— sino una estrategia intervencionista como las de siempre impulsada, encima, por los grupos de presión de la poderosísima industria militar.

Con eso creen haberlo dicho todo y a partir de ahí Putin no sería un canalla desalmado, primerísimo opresor y victimario de su propio pueblo, sino otro aliado más en la justiciera batalla para plantarle cara al yugo imperialista de los yanquis.

El tirano ruso no se aparece todavía por estos pagos así que no es el destinatario de las extravagantes advertencias palaciegas de que todos los mexicanos podríamos empuñar en algún momento las armas sino que el extraño enemigo sería, al parecer (y una vez más), nuestro vecino país de norte o, más precisamente, los agentes que trabajan para sus organismos de combate a las sustancias ilícitas. 

La mera sugerencia de algunos congresistas estadounidenses de que comandos de sus fuerzas especiales pudieran hacer el trabajo sucio que los mexicanos no hemos realizado (los Chapitos frescos y rozagantes por la vida, para mayores señas) ha bastado para que soplaran vientos de guerra en este país siendo que el sujeto belicoso de verdad, o sea, el que moviliza en los hechos a sus Fuerzas Armadas y bombardea a la poblacion civil, no habita la Casa Blanca sino el Kremlin.

Es muy bajo el costo de simpatizar con un miserable cuando no lo tienes en la casa de al lado. Pero, qué caray, para la infamia no hay fronteras.


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
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  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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