A reserva de que los aguerridos panameños les pasen por encima a los recién resucitados futbolistas del Tri y de que esa catástrofe sirva para justificar el destierro definitivo de Jimmy Lozano, uno pensaría que el hombre merece seguir al frente de la Suprema Selección Nacional de Patabola.
Digo, ha transformado en tres patadas a un equipo que parecía totalmente desahuciado y sus propios pupilos lo aprecian.
¿Qué más quieren, señores directivos?
¿Qué más pretenden?
¿Qué otro Tata Martino nos tienen reservado para que llegue de fuera, como tantos de sus predecesores, y que comience de cero el proceso probando futbolistas, recorriendo las canchas del territorio nacional para avizorar quién es buen central, quién dribla bonito, quién no se arruga delante de la portería, quién es el favorito de ciertos dueños, quién tiene provechosos contratos comerciales y, finalmente, quién es de los menos respondones para, pasados unos meses en esta tarea, vuelvan las cosas a estar como siempre han estado?
Pero, a ver, lo alcanzado y lo visto en esta Copa Oro, más allá del tropezón contra Qatar, ¿no es ya el mejor de los exámenes al que pueda ser sometido un director técnico? ¿No es una prueba que, por si fuera poco, no se le hará al argentino o al uruguayo o al colombiano o al portugués que pueda aparecerse por ahí?
¿Van entonces a ignorar los resultados de Lozano —como han dicho— y van a contratar a alguien nada más porque va a llegar a deslumbrarnos con sus cuentas de vidrio?
¿Qué le falta a Lozano? ¿Carece de nombre? ¿No tiene pedigrí? ¿No ha estado en las ligas mayores, por decirlo de alguna manera (así sea como un fracasado con el Barça), y por eso le faltarían tamaños? ¿No es un buen producto para anunciar ropa deportiva?
Pero, bueno, estamos avisados: la Copa Oro no cuenta, no sirve para mejorar el currículum y los supremos directivos de doña Federación han decidido emprender de todas maneras un fastidioso trámite de selección para que el Tri pueda cacarear, al final, los títulos nobiliarios de su director técnico.
Y ni qué decir si hoy gana Panamá. De ahí se van a agarrar para cerrarle las puertas al Jimmy aunque pretendan que este resultado no importa. ¡Uf!
