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Infantino arremete contra… ¡Occidente!

El mandamás de doña FIFA resultó ser un demagogo que ni te cuento. No fue él, hay que decirlo, quien le otorgó el Mundial al muy liberal, democrático y tolerante emirato árabe sino que las votaciones para la organización de la gran justa futbolística tuvieron lugar durante el mandato del muy decente, transparente y confiable Joseph Blatter. Los responsables directos fueron los muy incorruptibles, intachables y ejemplares señores miembros del Comité Ejecutivo de la antedicha Fédération internationale de football association (le brota a este escribidor lo francófilo, con el perdón de ustedes, amables lectores, y de los hablantes de idiomas precolombinos cuya enseñanza, en estos tiempos de fiera reivindicación de las identidades primigenias, deben retomar forzosamente los Estados soberanos de nuestro sufrido y avasallado subcontinente) secundados, miren ustedes, por Zinedine Zidane, ni más ni menos, y por la Federación Española de Fútbol (ahora sí, en castellano vernáculo) porque, qué caray, da la casualidad de que los supremos sponsors del Barça de Barcelona y del Madrid de Madrid provienen de la península arábiga.

Luego de tan indigerible parrafada y habiéndose enterado de que el propio Sep Blatter lamentó la elección de Qatar (ya lo escriben con ‘q’, no con ‘c’, en mi diario español favorito así que supongo que doña Real Academia ha cambiado de opinión en las recientes semanas o en los últimos días) y, encima, declaró haber votado por los Estados Unidos, prosigue este escribidor con el tema del señor Infantino. Acaba el hombre de escenificar la madre de todas las conferencias de prensa en Doha y, entre otras lindezas, nos llamó hipócritas a los occidentales (el sujeto que garrapatea este farragoso artículo se permite, nuevamente, otra aclaración para dejar asentado que, aparte de francófilo, se considera pleno heredero de la cultura judeocristiana aunque, desde luego, con un componente azteca, o tal vez otomí o tarasco o tlaxcalteca porque el asunto de sus orígenes indígenas no lo tiene muy claro).

En ámbitos más cercanos ya nos han calificado a algunos de nosotros de cretinos y rateros así que lo de “hipócritas” viene siendo un denuesto menor pero, caramba, lo de soltar que los europeos deberían de pedir perdón al mundo entero durante 3 mil años por lo que han hecho en los últimos tres milenios, eso como que no cuadra como respuesta a los señalamientos de que los derechos humanos no se respetan en Qatar como sí ocurre en Bélgica, en el resto de Europa, y en naciones como Nueva Zelanda y México, vaya que sí. Para mayores señas, en este país no es delito ser homosexual. Con eso ya quedan dichas las cosas respecto a las diferencias entre un emirato fundamentalista y un país moderno, a pesar de todo lo que podamos objetar en lo que toca a la realidad que vivimos aquí.

Ya lanzado y en plan desaforadamente populista, don Infantino declamó: “Hoy tengo sentimientos muy intensos. Hoy me siento catarí, hoy me siento árabe, hoy me siento africano, hoy me siento gay…”.

¡¿Cómo?! ¿Dice el tipo que se siente gay? ¡Ay mamá! ¡Llamen de inmediato a la policía catarí y enciérrenlo! ¿Qué parte de que es delito ser gay en Qatar no entendió este sujeto?

Román Revueltas Retes


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Román Revueltas Retes
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  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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