La determinación de parar la construcción de la cervecería que se realizaba en Mexicali BC, después de una consulta efectuada el 9 de marzo, dio pie a una serie de críticas de varios sectores, argumentando que tal decisión afectaría la confianza de los inversionistas, se cancelaría una fuente de empleos y de ingresos a las finanzas públicas, en síntesis reprobando el hecho.
Entre las razones de promover la consulta para fincar la decisión, destaca el daño al ambiente por el uso que resultaría excesivo de un recurso escaso en la región y que es fundamental para la vida futura de esa población.
Desde que se supo de su instalación hubo movimientos ciudadanos que reprobaban que el ex gobernador Francisco Vega tuviera la intención de privatizar el agua cuyo objetivo era atraer la inversión a su territorio.
Aquí la contradicción atraer inversión a costa de entregar los recursos no renovables del país para favorecer los negocios de las trasnacionales como sucedió en este caso al favorecer al consorcio Constellatión Brands, nacido en Nueva York en 1945 como productor de vino, pero que derivó en comercializar otros productos adquiridos merced su potente capacidad financiera entre estos las marcas cerveceras de la Corona Extra y Modelo.
No es el primer caso, sucedió con el mismo giro, hace más de veinte años en Calera Zacatecas, ahí también hubo resistencia ciudadana pero el gobernador de entonces actuó políticamente para acallar la protesta y al contrario favorecer la venta de las tierras ejidales para que se instalara otra cervecera, por cierto totalmente automatizada.
El resultado fue que los campesinos se quedaron sin tierras, sin agua, sin empleos y sin lugar en el mapa económico porque en cuanto se agote el manto acuífero, esa cervecera se ira a otro lugar donde haya agua que explotar, quedando solo la miseria.
En Coahuila tenemos otra explotación del agua en Nava, donde está instalada, en la Región de los Cinco Manantiales, la Compañía Cervecera de Coahuila produciendo millones de botellas de cerveza para los cuales no importa si se cultiva cebada, o trigo o cualquier otro grano para producir malta, porque ahora esos sabores originales los reproducen por vía de la química; de otra manera sería imposible producir tantos millones de litros de cerveza.
La riqueza que desean a toda costa es al agua.