Dieciséis años y ocho meses por dos delitos de cópula oral forzada y uno de actos lascivos le dieron el miércoles pasado a Naasón Joaquín García, el Apóstol de Jesucristo, en una corte de la ciudad de Los Ángeles. El juicio, que debía comenzar la semana entrante por 19 cargos de abuso sexual, no se llevará a cabo al haberse el acusado declarado culpable de sólo los tres delitos citados.
Naasón sostuvo vigorosamente su inocencia desde su arresto en 2019, al aterrizar en el aeropuerto angelino. Adorado como el mensajero de Dios por cerca de cinco millones de almas, y generoso con diezmos y votos a favor de influyentes que en mejores tiempos lo homenajearon en Bellas Artes, sonrientes con sus copas de champaña, se declaró culpable para evitar el peso de las pruebas y los testimonios que se convertirían en contundente evidencia pública al entrar a juicio, por no hablar de la posibilidad de una sentencia mucho más severa. A sus seguidores les anunció que lo hizo porque no creía que fuera a recibir un juicio justo. Sus abogados anunciaron que “no ha tenido más remedio que aceptar con mucho dolor que el acuerdo presentado es el mejor camino para proteger a la Iglesia y a su familia”, y dicha Iglesia lanzó un comunicado expresando su apoyo total a quien seguirá dirigiéndola “desde el lugar donde se encuentre”.
El juez Ronald Coen escuchó durante tres horas a las víctimas reclamar la pobre sentencia. Hablaron de las sesiones de fotos pornográficas, los tocamientos constantes y el sexo grupal que el Apóstol requería a cualquier hora del día o de la noche. De cómo el gozo por ser llamadas a la corte del santo se volvió una pesadilla de vejaciones que, les decían las proxenetas que las regenteaban —Susana Medina, Alondra Ocampo y Azalea Rangel; la última sigue prófuga—, no podían rechazar si querían salvar su alma; una de las chicas contó cómo “Me ordenaba sellar mis labios mientras me violaba para mantener la bendición que me daba”. Cuando no estaban siendo ultrajadas eran usadas como servicio doméstico: “Me dijeron que limpiarle el baño era una bendición”. Al denunciar fueron rechazadas por su comunidad y amenazadas de muerte por la Iglesia. Coen explicó compungido que tenía las manos atadas por el acuerdo entre el acusado y los fiscales: “Jane Does, el mundo las ha escuchado. Los familiares que las abandonaron deberían avergonzarse. Naasón Joaquín García, eres un depredador sexual”.
Hoy la Luz del Mundo cuenta con no pocos políticos en su haber, incluyendo al delegado de Morena en Jalisco. Las denuncias de abusos en su seno no son nuevas; el fundador y abuelo de Naasón, Aarón, fue acusado en 1935, a sus 39 años, de violar a Guadalupe Avelar, de 11 años, con quien tuvo un hijo al año siguiente. Su padre, Joaquín, fue denunciado en 1997 por Silvia Martínez de haberla drogado y violado, y por Moisés Padilla, quien luego de hablar en los medios fue apuñalado 60 veces y dejado por muerto. Los hechos de estos apóstoles fueron denunciados en México en su momento ante la Procuraduría, la Secretaría de Gobernación o la Fiscalía del estado de Jalisco. Todos fueron archivados o desaparecidos.
Roberta Garza
@robertayque