Política

Cienfuegos

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Vaya bombazo el arresto en Los Ángeles de quien fuera el pasado secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos Zepeda, alias “el Padrino”. López Obrador dijo que fue notificado del operativo una semana antes por su embajadora en Washington, Martha Bárcena, aunque en Estados Unidos se asume que no lo fue: allí están las declaraciones que le dio a León Krauze el ex zar antidrogas cuando Clinton, Barry McCaffrey. “Tal vez informaron a AMLO, o al embajador de Estados Unidos. Tal vez, aunque me parece que no lo hicieron”. Una de dos: McCaffrey miente o miente nuestro presidente, y siento decir que el récord de bateo no está del lado del mexicano. Otra es que la embajadora sí le haya avisado a López Obrador, pero no por haber recibido la información oficialmente, sino porque le llegó desde informantes u orejas que todo miembro del servicio exterior que se respete tiene; es decir, quizá sí le previno, pero sin que haya habido acercamiento del gobierno gringo.

Esto no sería más que la consecuencia lógica del comportamiento del mandatario mexicano: su deferencia constante ante los narcos y la vergonzante orden de liberar a Ovidio Guzmán luego de capturarlo apenas a petición de la DEA, rematado todo por el zalamero saludo a su mamacita un par de meses después, no puede dar como resultado sino una desconfianza total.

Otro rumor prevalente es que el general se entregó. Pero nadie que piensa entregársele a la DEA llega a Los Ángeles con toda su familia de vacaciones para ser esposado entrando al aeropuerto.

La última del perlario es que el Chapo habría puesto a Cienfuegos. El grupo criminal que lo sobornaba, y que operaba en Nayarit y estados vecinos, estaba aliado con los Beltrán Leyva, enemigos jurados del sinaloense desde 2008, y si bien el Chapo está juzgado y encerrado, la entrega de cualquier tipo de información sensible puede negociarle mejores condiciones carcelarias. Pero ese dedo apunta con más fuerza a otro lado: Edgar Veytia, apodado El Diablo, antes procurador de Nayarit y sentenciado en septiembre de 2019 a 20 años de cárcel, acaba de pedir hace apenas tres semanas la revisión de su sentencia, cuyos documentos sustantivos permanecen bajo reserva. Su caso será llevado por la jueza Carol Bagley Amon. ¿Adivinen quién va a juzgar a Cienfuegos? No Brian Cogan, cabeza de los procesos del Chapo y de García Luna, sino la mismísima Bagley Amon.

Veytia y Cienfuegos habrían sido ambos comprados por el mismo grupo, al mando de Juan Francisco Patrón Sánchez, alias el H2 —por ser el segundo de a bordo del H, o Héctor Beltrán Leyva—, al menos hasta febrero de 2017, cuando la Marina lo abatió a rafagazo limpio desde un helicóptero. Al poco rato, el entonces candidato López Obrador declaró lo siguiente: “Es insoportable lo que sucede en México, no se puede quedar callado entorno a la balacera que se registró ayer donde elementos de la Secretaría de Marina ajusticiaron a cerca de 10 personas, a seres humanos… Están enfrentando la violencia con la violencia, queriendo apagar el fuego con el fuego, nada más producen sufrimiento, no es así”, dijo nuestro presidente.

A buen entendedor.

@robertayque

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Roberta Garza
  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Notivox (Notivox Monterrey y Notivox Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Notivox Diario con su columna Artículo mortis
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