Ayer la presidenta Claudia Sheinbaum reunió multitudes en el Zócalo de la capital para celebrar los logros de su primer año de gobierno.
El discurso tuvo varios mensajes clave. Destacan los enviados en tres direcciones: hacia el norte, con dirección a Donald Trump; hacia el centro, con dirección a sus correligionarios corruptos, y hacia el sureste, en dirección a Palenque.
El desafío más complicado ha sido sortear la relación con el gobierno de Estados Unidos. Entre otras referencias incómodas, queda la pronunciada en septiembre de este año cuando el magnate afirmó que México está gobernado por los cárteles. En esa misma ocasión propuso una intervención extranjera para resolver el asunto.
Sheinbaum no solamente ha logrado eludir con firmeza la pretensión injerencista, sino que, además, estableció canales confiables de cooperación en temas de seguridad, y también sorteó una amenaza comercial que habría hecho gran daño al país.
Otro mensaje relevante del día de ayer fue el enviado a aquellos señoros que militan en su propio campo político. A ellos los amenazó con que enfrentarán la justicia quienes traicionen o roben al pueblo.
Habrán oído bien en la casa del Senado y también en la Secretaría de Marina: “el poder no es para enriquecerse, es para servir con humildad”. Tendrían también que haber escuchado quienes, desde los gobiernos estatales, andan en malos pasos.
El último mensaje —que en realidad fue emitido primero— debió ser recibido con satisfacción por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador. Sheinbaum volvió a dejar en claro que, a pesar de los temas espinosos que se trasladaron de una administración a otra, no está dispuesta a permitir rupturas con su antecesor; insistió con que su administración es continuación del proyecto iniciado por él.
El balance del primer año es positivo, sobre todo porque Sheinbaum ha logrado superar las dificultades impuestas por estos tres frentes. Son de naturaleza distinta, pero un mal manejo de cualquiera de estos temas habría puesto en jaque la estabilidad política de su mandato.
Zoom: Sheinbaum ha salido airosa a pesar de los retos impuestos de un lado por Trump y del otro por los aprietos que implica mantener la unidad con López Obrador. Le resta resolver el dilema de los otros señoros, los corruptos que han traicionado al pueblo sin enfrentar aún las consecuencias.