Del corrupto es difícil saber cómo obtuvo su dinero, pero igual de difícil es ocultar en qué lo gastó.
Esta es la estrategia principal de la Fiscalía de Nueva York en el juicio que se sigue en Brooklyn en contra de Genaro García Luna.
Los testigos que presentó la parte acusadora han contado sobre los supuestos sobornos entregados por el cártel de Sinaloa a este ex funcionario mexicano.

Su relato parece coherente, pero al mismo tiempo tiene dificultades para comprobarse.
No hay documentos firmados, imágenes, grabaciones o registros financieros que confirmen los dichos.
De ahí la importancia que en este juicio tiene para la fiscalía demostrar la presunta fortuna obtenida de manera inexplicable por el imputado.
La parte acusadora presentará la semana próxima ante el juez Brian Cogan evidencia sobre la vida suntuosa y, sin embargo, incomprensible en un sujeto cuya trayectoria profesional, en su mayor parte, no fue de empresario sino de funcionario público.
¿Cómo hizo García Luna para comprar un yate de 13 millones de pesos (700 mil dólares) y una mansión tres veces más cara en Golden Beach, Florida? ¿Con qué recursos adquirió varias motocicletas y vehículos de lujo?
De acuerdo con registros que constan en el expediente, la fortuna personal, adjudicable por vías formales a Genaro García Luna, suma cerca de 200 millones de pesos (10 millones de dólares).
Las declaraciones patrimoniales que este ex funcionario mexicano hizo entre 2003 y 2009 informan que tuvo un ingreso promedio mensual de 250 mil pesos, (12 mil 500 dólares) durante ese periodo. Es decir, que el secretario de Seguridad de Felipe Calderón habría generado recursos en esos años por un total de 18 millones de pesos.
¿Cómo entender que, durante la siguiente década, multiplicó en más de diez veces ese patrimonio?
La defensa asegura que, después de dejar el servicio público, ganó dinero gracias a un trabajo honrado como consultor privado.
Zoom: Si García Luna logra explicar el origen honesto de su patrimonio actual, los testimonios presentados por la fiscalía perderán credibilidad. En cambio, si el enriquecimiento es inexplicable, muy probablemente el ex funcionario será hallado culpable por el jurado.
Ricardo Raphael
@ricardomraphael