Desde hace dos años, la administración Trump desea que México actúe como un “tercer país seguro” para quienes buscan ingresar a Estados Unidos a través de nuestro territorio.
El “tercer país seguro” es una modalidad del derecho de asilo que se aplica en aquellas naciones donde “existen garantías suficientes de respeto a los derechos humanos y al principio de no devolución, y en el que la persona solicitante de asilo puede permanecer y asentarse antes de llegar al país de acogida”.
En los últimos años, la Unión Europea ha recurrido a esta opción ante las migraciones masivas de ciudadanos turcos, jordanos y del África subsahariana que huyen de la violencia y las guerras internas de todo tipo.
México no puede fungir como “tercer país seguro” para los miles de migrantes que ingresan por su frontera sur, por al menos cuatro razones:
1) La mayoría de personas migrantes busca llegar a Estados Unidos para ganar dólares americanos, no quedarse en México para obtener pesos mexicanos.
2) Desafortunadamente, en su tránsito por México las y los migrantes padecen violencia o violaciones a sus derechos humanos, tan graves como las de sus países de origen (hasta que el actual gobierno del presidente AMLO decidió darle la prioridad debida a este problema, pero se requerirán meses para revertir esa condición de vulnerabilidad y abandono).
3) Por el momento, México carece de los recursos económicos suficientes para atender de manera integral, continua y permanente a una creciente población migrante asentada por largo tiempo en su territorio.
4) Por un tema de principios constitucionales y de derecho internacional, México no puede maquilar ni endosar la seguridad fronteriza a segundos, terceros o cuartos países.
Sin embargo, con base en acuerdos internacionales de coordinación, cooperación y apoyo, sin comprometer su seguridad fronteriza, México, Estados Unidos y las naciones del Triángulo Norte sí pueden reforzar sus acciones para combatir y enfrentar los fenómenos delincuenciales que suelen asociarse coyunturalmente con la migración. Está en el interés y en la seguridad nacional de nuestros países enfrentar y detener a las bandas multinacionales de traficantes de drogas, personas, armas y dinero; asimismo, cualquier intento de infiltración del terrorismo internacional.
Un acuerdo de cooperación y coordinación para garantizar la seguridad subcontinental de América del Norte y Centroamérica es posible y deseable no solo para proteger a nuestras poblaciones nacionales, sino también para promover una migración segura, ordenada y regular (ONU).
Un acuerdo de este tipo podría atender en el corto plazo la emergencia que representa en este momento el tránsito de miles y miles de seres humanos (muchos de ellos, niñas y niños no acompañados) por nuestros países, huyendo de la violencia y de la pobreza. Sin embargo, también se debe sumar la solución de raíz: inversión, crecimiento, empleos, salud y educación en CA, como lo plantean México y la Cepal.
Es perfectamente posible atender desde ahora los dos frentes: el de la seguridad, que está en el interés inmediato de EU, y el del desarrollo, que está en el interés vital de la humanidad toda. Por allí se puede dar un principio de acuerdo para evitar la crisis de los aranceles.
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@RicardoMonrealA