La Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) se constituyó en Cancún en julio de 2002. Sin embargo, poco se sabe de su razón de ser, su misión y su estatus legal.
Nuestro federalismo existe más como declaración constitucional que como un sistema real y operativo.
El presidencialismo centralista ha predominado sobre los Estados y la Ciudad de México (Entidades federativas).
México adoptó el modelo constitucional de EUA; conforme a ese modelo, histórica y doctrinalmente, el Poder Legislativo está formado por dos cámaras: la de diputados para que represente a la población; y la de senadores, a las Entidades federativas: por eso en el pasado reciente cada Entidad tenía dos senadores.
Sin embargo, el presidencialismo anuló la naturaleza del Senado y, ahora, sólo se trata de dos cámaras en las que se distribuyen los asuntos legislativos. Así se privó a las Entidades de una posible representación efectiva.
El centralismo y la falta de un interlocutor fuerte ante el poder presidencial, es la razón por la que existe la CONAGO como foro permanente en el que los gobernadores participan de manera voluntaria, en igualdad de condiciones y sin distinción de partidos.
La misión de la CONAGO es el diálogo y la concertación para atender los temas prioritarios de las Entidades federativas; y proponer, en el marco del fortalecimiento del federalismo y la descentralización, políticas hacendarias, de seguridad, justicia y bienestar social.
Sin embargo, la CONAGO carece de sustento legal. Incluso, para algunos, infringe el artículo 117, fracción I, constitucional, porque dicho precepto prohíbe a los Estados celebrar pactos entre ellos.
Se han propuesto iniciativas para dotar de personalidad jurídica a la CONAGO, lamentablemente, sin éxito.
La economía, inseguridad y pandemia hacen evidente que el país, por su extensión y diversidad, necesita fortalecer el federalismo de manera real y práctica.