La Ciudad de México fue la primera en aprobarla y asumirla, ahora el Estado de México propone expedirla y a nivel nacional sigue en discusión; me refiero a la Ley de Economía Circular.
Pasar de una economía lineal a una circular podría reducir entre 80 y 99 por ciento los desechos industriales en algunos sectores, y entre 79 y 99 por ciento de sus emisiones, según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La economía actual, la lineal, implica ‘tomar, hacer y desechar’, explica un estudio de Chatham House. La circular tiene un enfoque ‘de la cuna a la cuna’, “que considera que los residuos son ‘alimentos’ para nuevos productos y procesos”.
En México generamos más de 127 mil toneladas de residuos al día, de estos 85% se recolecta y solo 10% se recicla. Por eso, ocupamos el sitio 35 de 38 países en el Global Waste Index 2022 de Sensoneo.
Asumir que la basura tiene un valor es urgente, sobre todo si no queremos perdernos en ella.
Para dejar el pensamiento lineal y asumir la circularidad se necesita un mercado de valorización, es decir, “asignar el valor a un residuo, con lo cual deja de ser residuo”, como explicó en Notivox Foros Patricia Güereca Hernández, investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
Casi 100% de las latas de aluminio se reciclan en nuestro país y son un ejemplo de economía circular, dijo el diputado Gabriel Quadri, “porque es rentable hacerlo”.
La senadora Xóchitl Gálvez coincidió que “hay que ponerle valor a los residuos: imagínate que tu tambo de suavizante tuviera un valor, pues lo haces valer”, dijo.
Además de las latas, hay otros ejemplos que replicar: Ecoce ha logrado reciclar más de 50% del PET; Aguascalientes y Monterrey tienen rellenos sanitarios y del metano producen energía para la planta de una empresa automotriz y el metro, respectivamente. EGADE del Tec de Monterrey reconoce como caso de éxito la planta EOS-REPARE de Coca-Cola Femsa en la que aprovecharon hasta 99% de los componentes de refrigeradores al final de su vida útil en más de 57 mil piezas en 25 mil equipos nuevos.
La Ley General de Economía Circular se necesita para que no haya solo casos de éxito aislados, sino una verdadera transición a “no tener residuos, que es una utopía, pero vamos hacia allá”, añadió Patricia Güereca.
Más allá del beneficio ambiental también hay uno social, porque una economía circular con un enfoque en la innovación social “puede reducir la pobreza, promover el desarrollo humano y fomentar patrones de consumo sostenibles en pro de una sociedad más resiliente e inclusiva”, dice Chatham House.
El mercado de valorización que se abre con la circularidad puede ser una oportunidad para disminuir las desigualdades y ante eso ningún mexicano puede hacerse de la vista gorda.
@vivircomoreina