Competitividad, prosperidad, nearshoring, cadenas de suministro, integración, empleos y colaboración han sido las palabras más usadas en los últimos tres días.
Hace sentido insistir en estos conceptos cuando la unión de las economías de los tres países en la X Cumbre de Líderes de América del Norte —México, Estados Unidos y Canadá— representa una tercera parte del PIB del mundo.
Ahora, cuando se ha sobrevivido una pandemia, se sienten los efectos de las crisis climática, energética y de seguridad alimentaria, y se vive un contexto de alta inflación e incertidumbre macroeconómica, no solo hace sentido, es una urgencia actuar para que esos conceptos sean metas logrables.
Norteamérica tiene una colaboración con historia y resultados. En los últimos 20 años las exportaciones de México a EU se han mantenido constantes en el orden de 80%. En 2021 las exportaciones de solo seis estados fronterizos mexicanos alcanzaron los 250 mil millones de dólares. Estados Unidos hace transacciones comerciales con México y Canadá a un ritmo de tres millones de dólares por minuto. En 2021, Canadá recibió a unos seis mil mexicanos vía el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, la IED en México fue de 25 mil mdd y 153 empresas de desarrollo minero de las 238 con capital extranjero en nuestro país son canadienses.
El primer paso es una alianza que va más allá de un tratado comercial, es decir, cada uno de los tres gobiernos debe adjudicarse como propio el objetivo de ser una región competitiva y poderosa. Parece que los three amigos hicieron frente común y un llamado a la acción. Coincidieron que es momento de no solo referirse a sí mismos como la región de Norteamérica, también de armar un equipo colaborativo para competir con otras alianzas comerciales regionales en el mundo, como dijo Goles Hyder, presidente del Business Council de Canadá, haciendo referencia al de China con Australia.
Quizá se dio el primer paso. Los equipos de los three amigos transmitieron el mensaje: hay que encontrar los cómos de la colaboración que fortalezcan la región y la preparen para enfrentar los retos, sin perder la prosperidad de todos los involucrados.
Pero ellos saben que no pueden solos. El músculo para llevar la alianza al siguiente nivel es el empresariado. Quien lo dijo mejor fue la secretaria de Comercio de EU, Gina Raimondo: “nosotros, el gobierno, hablamos de cadenas de suministro y de competitividad. El sector privado crea la cadena de suministro, los empleos, manejan los negocios, innovan. Es sumamente importante que seamos socios”.
Dicen que las tres cámaras empresariales salieron con esperanza. Si bien fue obvio que quien más los apapachó fue Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, varios coincidieron que se sintió el frente común y el interés compartido. Espero no olviden que este es el año, antes de las elecciones, y hay que ponerse a trabajar.
Regina Reyes-Heroles C.