La creación de empresas en México no se detiene. Los emprendedores se animan aun cuando el entorno es retador. La razón: las finanzas.
El motivo principal que llevó a los mexicanos a emprender durante la crisis sanitaria fue contar con un ingreso extra (54 por ciento) y ser independientes (45), mientras que 27 por ciento dijo que se quedó sin empleo y necesitaba generar un ingreso, revela el estudio de Contpaqui: “Emprendedores y empresas pospandemia: alcances y retos del nuevo rostro de la economía mexicana”.
Las empresas entre 14 y 24 meses de vida nacieron en medio de la pandemia y son de emprendedores valientes. Además de la valentía, emociona un dato: 60 por ciento llegó a su punto de equilibrio en un año y medio, en gran parte gracias a la digitalización.
“Esto puede modificar la economía en México”, me dijo René Torres, presidente y director general de Contpaqui. “La Secretaría de Economía muestra que 95 por ciento de las empresas formadas en un año fracasa en los siguientes cinco porque no alcanza su punto de equilibrio. Estas empresas emergentes lo logran y esto puede cambiar la ecuación de mortandad de las empresas en el país”.
Que más emprendedores sobrevivan se traduce en más empleos (generan siete de cada 10) y en una inercia de crecimiento en la economía y las personas (son responsables de más de 50 por ciento del producto interno bruto).
La paradoja es que lo que empuja a los emprendedores —sus finanzas y la digitalización— también es su talón de Aquiles. Resulta que a 44 por ciento de los negocios les afectó mucho la inflación, pero ocho de cada 10 no tienen un plan para enfrentarla, revela el estudio. Seis de cada 10 tienen un proceso de digitalización, pero la mayoría en administración del negocio, inventarios o facturación cuando “la razón principal de la digitalización es que tu cliente te encuentre”, me dijo René. De los negocios sin procesos digitales, una tercera parte admite que es porque no tienen el conocimiento para hacerlos.
“Para que estas empresas subsistan y sigan creciendo se necesita capacitación”, me dijo René, pues hay que evitar errores comunes como “pensar que el flujo de efectivo es lo mismo que la utilidad” o no evaluar la operación ni los resultados como sucede en tres de cada 10. Las áreas de oportunidad para la capacitación son administración del dinero, tecnología y digitalización, administración del personal y todo lo relacionado con la formalidad y los impuestos.
Estos emprendedores ya hicieron lo más difícil: abrir un negocio en medio de una crisis y llevarlo al punto de equilibrio. Más nos vale proveer ese conocimiento que permite la eficiencia, la disminución del riesgo y acceso a más oportunidades. Ese ecosistema volará como cohete a la luna, pero sin la ventaja del conocimiento, solo tenemos emprendedores contenidos.
Regina Reyes-Heroles C.
@vivircomoreina