Al niño que todos llevamos dentro, yo lo llevo por fuera.
Anónimo.
La idea de celebrar a la infancia mediante un día cívico surgió a finales de los años 50 del siglo pasado cuando la Asamblea General de la ONU reunida en Suiza decide reafirmar los derechos universales de los niños y propone un día para recordarlo; la fecha elegida fue el 20 de noviembre de cada año, pero dadas las tradiciones y calendarios cívicos de cada país, los integrantes optaron por una fecha especial nacional para celebrar a sus niñas y niños. En nuestro caso esa fecha fue el 30 de abril.
Puede que a algunos la infancia los deje, pero nunca podemos abandonar a la infancia y esto debería ser una máxima en cuanto a políticas públicas en México. Hemos tenido épocas en los que algunos programas dirigidos a la infancia han sido acertados y han hecho la diferencia (el esquema de vacunación universal y las campañas de hidratación oral en materia sanitaria o los libros de texto gratuito en materia educativa) pero en este momento se puede afirmar que estamos en una época desafortunada.
En la víspera del Día del Niño, vale la pena realizar un breve recorrido por la situación actual de la infancia en Jalisco. Inicio por señalar que en nuestro estado siempre ha existido una preocupación y compromiso con el cuidado de los infantes, ya en el último tercio del siglo XIX se contaba con instituciones civiles formales y altruistas que se dedicaban a la atención de la infancia en situación de desamparo, ejemplo de esto fue la Compañía Lancasteriana que dio a conocer su fundación y propósito en 1871 mediante una publicación denominada “Periódico de la Compañía Lancasteriana Jalisciense”. En el editorial de dicho periódico manifiestan que: “…el principio de nuestra compañía, (es) difundir el saber, esencialmente a la niñez desvalida, a esos pobres hijos del pueblo que por falta de recursos no cultivan su inteligencia, no desarrollan sus facultades… Jalisco cuenta ahora con cuatro escuelas, dos de niños y dos de niñas, pertenecientes a la Lancasteriana…”.
En contraste, en la actualidad, como resultado de la política regresiva en materia de transparencia, seguimiento y evaluación de las actividades gubernamentales fomentada por el PRI desde su regreso al poder en 2012, resulta complicado encontrar indicadores consistentes y detallados que permitan valorar de manera adecuada la situación actual de la infancia en Jalisco y compararla con respecto a la prevaleciente en otros años o durante otros gobiernos.
Iniciemos con la mortalidad infantil. Jalisco es la cuarta economía más grande de la República Mexicana y a pesar de ello ocupa el noveno lugar nacional en cuanto a la tasa de mortalidad en menores de 5 años, es decir, otros estados del país bajo condiciones económicas más complicadas que las que enfrenta Jalisco obtienen mejores resultados en la atención de la salud de su niñez.
Entre las principales causas de los decesos infantiles en nuestra entidad durante el primer año de vida se encuentran: el trauma al nacer con 22.2% de los casos, malformaciones congénitas del corazón con 12.7% y prematurez con 5.1%. Entre el primer y quinto año de vida, las causas de muerte más comunes son: leucemia (7.5%), ahogamiento o sumersión accidentales (7.2%), malformaciones congénitas del corazón (6.7%), accidentes de vehículo automotor (6.2%) e infecciones respiratorias bajas (5.1%). Algunas de estas causas de mortalidad son completamente curables, otras prevenibles y algunas otras son susceptibles de recibir el tratamiento adecuado para mejorar la calidad de vida de los menores.
Ante esta situación no puede omitirse mencionar una dolorosa paradoja que ocurre en Jalisco, y es el hecho de que a pesar de que contamos con una gran cantidad y calidad de recursos humanos formados en pediatría y en diversas áreas concurrentes que son necesarias para una adecuada atención médica y social de los infantes, no contamos con un hospital pediátrico que brinde servicios especializados a la población infantil en general y en particular a aquellas niñas y niños cuyos padres no cuentan con seguridad social. Así que en materia de salud infantil, el gobierno de Jalisco puede considerarse reprobado.
Otro indicador importante lo constituye la alimentación. En Jalisco nos movemos entre los dos polos de la mala nutrición. Por un lado se estima que entre el 13% y el 15% de los niños menores de 5 años padecen algún grado de desnutrición que afecta sus condiciones de crecimiento y desarrollo; y por otra parte, a mediados del año pasado, trascendió a la opinión pública que poco más del 30% de la población infantil en el estado presenta algún grado de obesidad, condición que de agravarse y mantenerse durante algunos años, puede llevar a los niños al padecimiento de diabetes y de diversas enfermedades cardiovasculares.
Revisemos ahora, los indicadores educativos. Los resultados de las pruebas PLANEA 2015 aplicadas a estudiantes de sexto de primaria y tercero de secundaria por el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE) con el propósito de evaluar la calidad de la educación que los estudiantes reciben en las instituciones públicas. Jalisco ocupa la sexta y la novena posición con los peores resultados en lenguaje y comunicación y matemáticas, respectivamente, entre los alumnos del último año de primaria; y en cuanto a los alumnos de secundaria, éstos obtuvieron puntajes de evaluación apenas por arriba de la media nacional en lenguaje y comunicación y su ubicaron en el décimo segundo lugar en matemáticas. Resultados lamentables si recordamos que somos la cuarta economía estatal y aspiramos a insertarnos en la economía del conocimiento como un actor relevante.
Otro indicador importante es la violencia intrafamiliar que sufren los menores. Durante 2012, en Jalisco se reportó una incidencia de violencia intrafamiliar del 8.2% entre la población infantil menor de un año (la media nacional se ubicaba en 6.1%), para los infantes de entre 1 y 4 años la incidencia fue de 9.5% (frente a una media nacional de 6%), en el grupo de 5 a 9 años, la violencia estuvo presente en un 10.8%, en tanto que para el grupo de 10 a 14 años el porcentaje de víctimas de violencia en el seno familiar fue de 27.6% y para el grupo de 15 a 19 años fue de 72.4%. Este es un tema cultural que lamentablemente no hemos sido capaces de resolver.
No cabe duda que la adecuada atención de la niñez es uno de los múltiples temas pendientes en Jalisco. No existe una política pública integral y concurrente en la materia y es necesario definir con el consenso de la sociedad, las prioridades para generar un marco legislativo, institucional, presupuestal y de fiscalización adecuado para que todas las niñas y niños de Jalisco dispongan de acceso a las oportunidades de desarrollo que merecen y de este modo logren alcanzar su máximo potencial.
@VargasLopezRaul