Sería mejor que Diego Cocca, el entrenador de la Selección Mexicana de Futbol, superara las obviedades en sus conferencias de prensa y expresara lo que busca implementar como estilo y forma de juego en el representativo.
¿A qué obviedades me refiero? A esas de que va a convocar a los mejores, y que por eso quiere darse la oportunidad de conocer de cerca a los jugadores… O también esto de que está muy contento porque tendrá la facultad de elegir a los futbolistas que él quiera.
¿Qué sistema de juego puede implementar con los jugadores que tiene disponibles? De entrada, en su primera convocatoria hizo ya toda una declaración de intenciones al llamar a unos y a otros no.
Con el talento disponible a qué cree que deba de jugar la Selección Nacional. El equipo nacional no tiene a ningún jugador que condicione el planteamiento táctico y estratégico y es de verdad casi imposible que este surja en los próximos dos o tres años. No tiene la Selección Nacional evidentemente ni a un Messi, ni a un Mbappe, ni a un Neymar.
Le queda, irrevocablemente, la opción de asumir el juego colectivo, asumiendo además que es ese un valor irrenunciable también aun para selecciones como la argentina, francesa o brasileña.
Bueno, de qué forma piensa que ese talento ya conocido le puede permitir hacer un juego efectivo y, en muchos partidos también vistoso, pues eso se le va a pedir.
¿Es capaz Diego Cocca de hacer una revisión crítica del proceso que recién terminó con el sonado fracaso en el Mundial de Qatar, con su compatriota Gerardo Martino como el mandamás?
¿Qué rescataría de ese proceso y cuáles situaciones definitivamente no quisiera que se repitieran? ¿Es un pecado hablar de lo que hizo el entrenador anterior así sea para que la gente, el aficionado, entienda qué es lo que quiere y busca?
Ojalá pronto Cocca supere la impresión del cándido sonriente agradecido y diga cosas valiosas.
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